ADEMÁN
DE DOS DEDOS CONTRA LA SIEN
Este agujero en
la sien
desde
donde se bailan las musas.
Es una
herida directa tras el gatillo
un
puente entre este mundo y todos los otros
entre
una escalera contra la
nada
y
una ventana que regurgita.
Partículas
haciéndose firmamentos
-la
entropía inmersa en este arte.
Cuando
una vena abierta no quiere
cerrarse
se
hace evidente la danza que brotará de ella:
El
ritual del agua escurriéndose entre las piedras
la
danza de las musas haciendo de las suyas
tal es la destilación
insostenible
entre
las manos.
La
sentencia que lo abarca todo:
La
palabra también horada huesos enteros
La
palabra
también
LOS ARGUMENTOS
¿No te intriga la ceguera de
los que no lloran entre líneas?
¿La ironía de dibujar
árboles en hojas de papel
o la asimetría irresuelta de
los espejos?
¿No te fosfora la inercia
mental de los cóncavos?
¿La ley del más fuerte/ y su
transcripción cancerígena de
los hechos?
Justificado entonces el
soliloquio:
Todo
autoesti(g)ma termina en vidorria
se
debe estar al tanto del
torso y su acertijo breve.
Toda
piel está hecha de fósforo
MUJER
ATADA CONTRA SU VOLUNTAD
Hay
un océano escondido en esos cuencos tuyos
cuyas
blancas aguas olean rojas, apenas
mi
curvatura se tiñe sombra sobre la hendidura.
Indagar
no concluyo
un
pedazo de tu belleza
algo
de tu lumbre
algo
que me disloque en este mi dolerme
pero
no
no
comprendes que eres la gota infinita sosteniendo mi vaso:
No
comprendes que sólo quiero humedecerme en tu noche
sin que tu cuerpo de agua
intente hu(nd)irme.
SEXO A CIELO ABIERTO.
Donde
yaces?
Bajo
que yugo?
Montando
sobre que yegua?
Eres
acaso semental?
O
acaso campo de sal pretendiendo dar espuma?
Te
creía tormenta solar entrando por la boca
Pienso,
quizás, eres hembra
Que
entre tu entrepierna, llueve una diosa fecunda
Que
termina a cielo abierto y con los ojos desbordados
Un
alma satisfecha toda brava
Resurrecta
entre las cortaderas
Semental
o hembra
POEMA
DE AMOR PARA LOS ASIMÉTRICOS O ENTRE INCALCULABLES MOTIVOS DE LA NADA
Si
una mujer logró desbaratarme hasta el fémur
fue
por su sobrada falta de simetría
por
esa su alambrada de púas
trepándose en mi primer
nervio a regañadientes
por
esa su cabeza que más que
cabeza era una bola de
ferrocarriles en celo
un
espectáculo de mercaderes ambulantes en pleno
orgasmo
un
desastre de tálamo.
La
amé por curtiembre y por su galaxia de anfibios
un celeste atorrante que coloca
a cualquier con la cara de
equilibrista
a
punto de romperse y que se rompe.
Era
un azote de olas provocada por cuatro lunas
un
tsunami capaz de atragantarse el cinturón de Orión
entero
y
aun así no sabía tender ni la cama.
Era
la desquiciante
mi
desquiciante
la
que sólo me dejaba el alma llena de ropa sucia y de sauces a medio talar
y
con la casa llena de alacranes copulando por mis
alfombras
la
que arrojaba todo contra los vidrios y éstos no se
rompían
solo
nos rompíamos los dos
a
carajazos.
Aun
teniendo los ojos como caballos de Troya
le
ofrecí mis llanuras
sacudiéndose
dentro
espoleó
y
cabalgamos directo a perdernos
primero
los estribos después las nucas
hasta
quedarnos sólo con las mandíbulas colgando.
Nunca
antes había conocido el sexo entre dos herraduras.
Era
el verbo más torcido que había explorado mi lengua
la
que prefería clavarme una caja de clavos en las sienes antes que empaparnos en
aguas tibias
la
muy querida desalmada arcada
la
más exquisita puñalada entre tanta cosa insípida.
Todos
buscamos alguien tan infame como nosotros mismos.
La
elegí en aquel entonces
Y
la elegiría de nuevo.
Felman Ruiz (La Paz - Bolivia,
1989). Ha publicado “Fauces o
de Belleza Magra” (Editorial 3600) y ha colaborado en los Fanzines Bipolar
Fanzine (Colombia) y LetrAmargo (Bolivia). Publica sus textos en el Blog enlamasmedula1953.blogspot.com.