DISNEY PARA TODXS / ANDREA DE LEÓN GARCÍA


Si bien podemos hablar de la eficiencia de la empresa Walt Disney para ofrecer, vender, y posicionar en el mercado mundial sus productos así como el logro de su omnipresencia haciendo de nuestras vidas inimaginables sin la presencia de sus inofensivos y amigables personajes, alentando la subcultura estadounidense y el consumismo del que todos sus admiradores somos, fuimos o seremos participes. Desde la cobija del recién nacido hasta el lugar favorito para vacacionar.
Disney nos llama al disfrute al no sufrimiento a la utopía que no envejece, que es infinitamente dulce y amable. Donde los animales a forma de fábula son parte importante de la empresa siempre y cuando hablen, actúen (vivan) a la forma Disney.
Siempre jóvenes, valientes, sumisos o burlones todo depende del género que se quiera representar y la edad de éste, porque no se puede representar de las misma forma un villano a través del carácter Hugo, Paco y Luis, incorruptibles pero traviesos, de buenas intenciones carentes de una autoridad mayor a la de un tío bobo y divertido ¿Acaso Disney vino a modificar nuestro estereotipo? Individualmente es una pregunta que puedo formular abiertamente, y como sociedad ¿Cuánto ha contribuido a los patrones sociales?.
Quizás simplemente sea la parte mercantil la que los ha orillado a vendernos esa felicidad imposible de vivir como humanos no pertenecientes al mundo mágico de Disney. Aunque en el mejor de los casos se puede llegar a experimentarse ese estado de confort, ya sea a través de la visita a uno de los múltiples parques de diversión (con la bien arraigada temática de ratoncito sonriente) o cuando uno de pequeño miró por primera vez la sirenita.
Si esa jovencita encaminada a la sexualidad, huérfana de madre que burla la única autoridad que es la de su padre y escapa para ir en busca de un hombre (hombre que su padre no aprueba) y casarse con él como único fin y meta en su vida. A lo mejor de esa forma podemos ser por un momento felices ahí en ese mundo, de lo contrario “Los grandes y pequeños tendremos, en lo sucesivo, que habituarnos a leer y seguir las historietas que describan nuestra realidad nacional la que de ser como la pintan los escritores y panegiristas de la época que estamos viviendo, es cruda, es amarga, es cruel, es odiosa” [1]

Cabe resaltar que la selección del tema a tratar es por motivos personales. Y es que cómo no brincar ante la desfachatez de escuchar decir que de grande se pretende ser princesa, pues sí cuando se le pregunta a la sobrina más pequeña mientras ella dibuja qué es lo que quisiera ser de grande ella sin pena ni gloria contesta “Quiero ser princesa” como si eso de verdad fuera posible como si uno pudiera inscribirse en una universidad para princesas y titularse, trabajar, sacar tesis, especialización y todo respecto a la profesión de ser princesa.
Eso en el momento pueda causarte un poco de risa pero tomándolo más a fondo puede que en realidad no sea esa situación motivo de risa, podría apostar que no es cualquier princesa. Su modelo no va más allá de la empresa Disney
¿A eso quieren dedicarse las pequeñas de hoy?
Pero la verdad seamos sinceros, quién no quisiera ser princesa o príncipe.
Vamos a verlo por el lado práctico, son seres bellos dentro del mismo concepto que se ha inculcado, valientes, siempre triunfan en todo lo que se proponen así tengan que pasar mil cosas malas antes, al final terminan siendo felices para siempre, y pertenecer a la monarquía Disney definitivamente no tendría precio.
Pero como toda buena princesa debe ser dependiente necesita su príncipe que la rescate de algo o de alguien normalmente de la acción de una mujer mayor de aspecto horrible y oscuro (creando un antagonismo entre la juventud y la madurez) en el peor de las situaciones de no haber nacido entre la realeza la solución también sería un hombre que sea príncipe, para que la convierta en princesa y así modifique o en el primer caso, que reafirme su nivel socioeconómico.

Otro requisito muy importante es saber hacer las labores domésticas de una forma divertida de ninguna forma que lleguen a parecer tediosas y cansadas saber cantar, bailar, ser extremadamente sumisa y adquirir esa habilidad de hablar con los animales bastante útil cuando se trata de trabajo interminable (pero nunca aburrido) ser huérfana de madre, padre o ambos renunciar a la maternidad por el hecho de ser supuestamente asexual aunque el hecho del enamoramiento (atracción) ya lleva implícita una sexualidad en caso de príncipe y princesa “moralmente aceptable”.
Estas son las características necesarias para aspirar a ser princesa y pues bueno la empresa Walt Disney se ha encargado de fomentar este estereotipo por décadas en la sociedad aunque hay que comprender que “El encanto de Disney no es fácil de fabricar”[2]  es mucho más complejo de lo que se cree y es que el público va dictando que es aquello que desean comprar por inútil o dañino que sea.

Aunque entre los colores y la magia de Walt Disney destinada a los infantes, se encuentran conductas escondidas  esto parece ser completamente inmune ante la percepción progenitora.

Cabe mencionar que el ser humano siempre está predispuesto a defender aquello que se presenta con la máscara de la ternura inofensiva que alude a la niñez. Entonces es ahí donde anida la belleza del entretenimiento infantil comprado por adultos fomentado por adultos y creado por adultos debemos suponer que ellos fueron los creadores de esos monitos que pretenden encarnar adultos por las actividades que realizan y es así como se destruye la naturalidad del niño al ponerle como modelo a seguir un personaje creado por un adulto que lleva a cabo actividades de adulto “Sin embargo, se trata de un circuito cerrado: los niños han sido gestados por esta literatura y por las representaciones colectivas que la permiten y fabrican, y ellos para integrarse a la sociedad, recibir recompensa y cariño, ser aceptados, crecer rectamente—, deben reproducir a diario todas las características que la literatura infantil jura que ellos poseen”

En realidad puede que sea en la literatura y en los numerosos distractores que se eligen para los hijos donde seguramente se pueden confirman las aspiraciones de los padres, los adultos se han dado a la tarea de crear un mundo para que ellos puedan reflejarse a través de sus hijos “Segregan esa esfera, fuente de consuelo y esperanza, garantía de que mañana todo será mejor (e igual)” 6 y es aquí en el campo infantil donde realmente afloran las verdaderas tensiones del mundo real del adulto actual.
Aquí es posible que se den a conocer los demonios que aquejan a los que alguna vez fueron niños y aún están a tiempo de crear su propia versión del paraíso.
“Es un conocimiento sin compromiso, la autocolonización de la imaginación adulta: por medio del dominio del niño el grande se domina a sí mismo” 7 el adulto viene a enseñar su paraíso infantil a sus hijos tan digerible para ellos como para los creadores y es que “Él puede de esta manera, beber sus propios demonios, siempre que hayan sido acaramelados en el almíbar del paraíso” 8 y entonces puede que sean realmente los adultos los más fieles seguidores del entretenimiento como el que Walt Disney nos viene a ofrecer. Porque en realidad es el niño el que viene a querer ser consumista, el demandante de esta utopía a través de la difusión de sus padres porque a mamá y a papá les gustan los dibujitos Walt.

Esto se ha manejado de generación en generación y Disney no ha cansado de estigmatizar a los pobres como desdichados llevando siempre a la búsqueda de la riqueza material y no espiritual o moral o la idea que han manejado sobre el matrimonio como camino factible para la felicidad eterna de las mujeres y la importancia de los hombres en su vida.
Los productos que van dirigidos a los niños siempre son cuidadosamente seleccionado por ese instinto protector de los progenitores a menos que sean atractivos incluso para el adulto.
El hecho es que Disney actualmente es una gran empresa que vende de todo con lo que pueda personificar a cualquiera de sus simpáticos e irresistibles personajes.

Pero cómo consiguieron ese éxito, la realidad es que Disney es mundial sigue utilizando historias de todas las cultural las transforma, pinta, endulza toda historia potencialmente vendible llevan un riguroso proceso Disney para hacerla mágicamente comprable.
Pero de qué forma se podría atacar y poner en tal juicio a la empresa que nos ha dado tantos momentos de felicidad sin ningún compromiso a cambio, que nos ha hecho disfrutar nuestra infancia lejos de la problemática del mundo real, Disney nos da lo que pedimos diversión sin compromiso así es “La tersa utopía de Disney”

Analizando a los personajes es fácil encontrar sus contrariedades como con el pato Donald que es la supuesta autoridad de los sobrinos pero que ellos terminan ridiculizando y hasta reprendiéndolo es ahí donde se invierten los papeles el de la autoridad presenta carácter inmaduro aniñado y los infantes toman el poder y responsabilidad de llevar por el buen camino al dominado queriendo de esta forma crear al niño perfecto: fisionomía de niño comportamiento maduro y sensato.

Pero en este análisis también nos podemos encontrar con el personaje que no sufre una crítica no se ridiculiza no entra en el juego del dominado y dominante y viene a ser la parte femenina pero en realidad en el mundo Disney no es necesario tomar estas medidas contra las féminas ya que son tan bien portadas que no representan rebelión alguna, ellas son respetadas siempre y cuando se den a respetar, y no hay otra forma de llevar esto acabo si no a través de la gran sumisión con la que fueron creadas, “lleva a cabo a la perfección su rol de humilde servidora (subordinada al hombre) y el de reina de belleza siempre cortejada (subordinando al pretendiente)” 10 el poder que se la ha asignado es el de la coquetería ha sido creada para seducir pasivamente no puede sobre pasar esa línea pues se rompería su papel doméstico asignado. En esta sociedad es indispensable ser atractiva ante los ojos varoniles de ello podría depender incluso la misma vida si lo sabrá Blanca Nieves y es que aquí la hermosa sobrevive a pesar de ser incapaz de luchar por su vida pero un rostro hermoso siempre es la solución infalible cuando de hombres se trata.

Aunque en este mismo ramo de lo femenino también se les puede encontrar a las infractoras esas mujeres que van más allá de la coquetería sumisa, de la doméstica reina de belleza, o la cortejada y sumisa, el antagónico de toda princesa, las nunca bien vistas brujas pero ellas siempre están relacionadas con lo maligno, con lo perverso y más vale mantenerse alejadas de ese prototipo
 y pues bien es así que existen dos caminos para las mujeres Disney dulce o truco.
“Hay que elegir entre dos tipos de olla la cazuela hogareña o la poción mágica horrenda”

Las niñas sin importar  la edad ni el medio en el que se desarrollen saben de antemano cuál es la olla “correcta” a elegir.
En realidad Disney tiene mucho que ofrecer como empresa de entretenimiento pero carece de un verdadero valor ético y es que esta empresa exalta las peores actitudes del ser humano, la continua búsqueda del poder sin importar mucho el camino que se utilice para llegar a este. Debemos comprender que los Estados Unidos nos han conquistado mundialmente, su cultura es más conocida y profesada que cualquier religión y es que Disney pertenece a los Estados Unidos como Tenochtitlan a México y es a través de esta empresa que hemos sido colonizados.
Incluso creo que podría asegurarse que si nuestro país tuviera un conflicto con los vecinitos seguramente en un futuro se podría ver reflejado en la cultura Disney y por supuesto contado a la forma Estadounidense como ya se ha hecho.
Durante la segunda guerra mundial esto se hizo mucho más evidente, la empresa Disney al igual que Hollywood se encargaron de canalizar el mensaje correcto hacia el mundo, siempre favorable hacia los Estados Unidos a través de estas compañías se conoció y apoyo la causa estadounidense, durante este lapso de guerra la compañía Disney sacó al mercado un montón de historietas con temas bélicos, donde se refleja al país de la compañía como de causa justa estas historietas inundaron el mundo.
Al término de la segunda guerra mundial sobrevino el conflicto que enfrentó a las dos potencias resultantes: la Unión Soviética y los Estados Unidos, la Guerra Fría fue un enfrentamiento más que bélico ideológico entre el sistema capitalista al que pertenecía Estados Unidos y el sistema Socialista encabezado por la Unión Soviética de ahí que se pueden encontrar literatura y diversión bélica infantil capitalista disneylandizada “Mientras los marines pasan a los revolucionarios por las armas, Disney los pasa por sus revistas. Son dos formas del asesinato: por la sangre y por la inocencia”
Otra enseñanza muy Disney es la posición que se debe tener ante un pueblo subdesarrollado y sus habitantes, habitantes que puestos en el mundo Disney no han sido propiamente creados pero si se les ha fabricado un molde.

 “Entre el imperio y su colonia, entre los dueños y sus esclavos”
Es aquí donde venimos a darnos cuenta de que la empresa Disney en realidad nos ha estado vendiendo un manual de comportamiento social utópico para los Estados Unidos se ha asignado un rol a seguir esto viene a ser de forma simple la relación “entre el imperialismo extractor y el país monoproductor de materias primas”.
Hay que entender que la empresa Disney de verdad manda al purgatorio toda conducta inapropiada en este caso a la conquista le borra todo pecado, todo vestigio de poder, la embellece y la hace parecer completamente inofensiva, siempre encuentra la forma de justificar cualquier pecado que no haya sido lavado del todo, en cuanto a la presencia de los forasteros en un territorio ajeno, esto no debe de alarmar de ninguna forma pues esto más que una invasión se debe manejar como un crecimiento social o el encuentro de dos culturas.

A modo de conclusión:

Es así que se debe entender el entretenimiento y la literatura Disney, ay de aquél que ponga resistencia ante los amiguitos de Mickey, debe enterarse el papel que estaría jugando: está en contra, está equivocado, viene a ser la personificación pura del antihéroe y además estaría obstaculizando el progreso y la felicidad de su entorno social o incluso de la humanidad.
Entonces para sobre llevar esta demanda de la sociedad Disney que hoy por hoy se ha adherido de forma imperceptible en nuestro tejido social nuestros sobrinos, hermanos, hijos nosotros mismos hemos sido forzados a hacer nuestros pininos para esta sociedad disneylandizada.
De esta manera los pequeños deben digerir todas estas actitudes, deben cuadrarse al entretenimiento socialmente aceptado y esto no es una tarea difícil, todo lo Disney está predispuesto a ser bien visto. Es un fruto realmente acaramelado por fuera y también por dentro pero el fruto en sí viene a ser la tentadora manzana del edén. La empresa Walt Disney está tan bien maquillada que se puede incluso llegar a pensar que educa a un niño a través de los “valores” expuestos ahí.
Si hay alguien que sabe del manejo de masas es éste  el país vecino con sus múltiples empresas  que “manejan los instrumentos de la producción cultural y establecen de ese modo los términos del debate público” [3] pero que es lo que se debe de hacer cuáles son las medidas a tomar ante la continua culturización a la que hemos sido sometidos, supongo que de primer paso el concientizarse no podemos seguir imponiendo a los niños un modelo con características irreales. Aunque es fácil la aceptación social si se presentan unos personajes de aspecto inofensivo y es que Disney en sus dibujos no llega a poner en práctica los castigos severos, y por otro lado los derechos no se personifican por lo tanto no se mata con violencia. De cualquier forma Disney siempre encontrará la forma de exonerar las actitudes más opresoras, desde la sumisión ante el machismo, hasta el poder imperialista pasando por el acto bélico y la élite monárquica, estos son los aspectos más sobresalientes de la compañía hecha por adultos fomentada por adultos creada para niños.

BIBLIOGRAFÍA
-Todd Gitlin, “La tersa utopía de Disney”, 2001, www.letraslibres.com pág. 10 en pdf
-Dorfman Ariel-Mattelart Armand “Para leer al pato Donald comunicación de masa y colonialismo”,  Schmucler Héctor, 18va edición, Siglo XXI Editores S. A, México D.F, 5 de marzo de 1979, pág. 161
- Lasch Christopher “La rebelión de las élites y la traición a la democracia” ,1a edición, Ediciones Paidós  Ibérica S.A, Barcelona España, 1996, pág.225





[1] Tomado de: Ariel Dorfman, Armand Mattelart “Para leer al pato Donald comunicación de masa y colonialismo “, Siglo XXI Editores s. a, México D.F, primera edición 1972, Pág. 13

[2] Gitlin Todd, “La tersa utopía de Disney”, 2001, pág. 4
Desarrollo
[3] Christopher Lasch “La rebelión de las élites y la traición a la democracia”, Ediciones Paidós Ibérica S.A, Barcelona España 1996. pág.31 Imágenes tomada de “Para leer al pato Donald comunicación de masas y colonialismo”

Entradas populares

Lxs más leidxs