TANIA SALINAS



Sarolta Bán


El que come callado se condena

Me abrazabas
y fumabas el vapor de mi inocencia.
Llovía insistentemente
en las carreteras de lata
y el tímpano estaba a punto de explotar.
Jamás me diste tregua,
por eso y sin querer
ahora te empaño
la reputación,
con todo el humo
de las mujeres
exiliadas
en las fábricas
capitalistas del deseo.



Dolly se lava el espanto pero no se friega la incertidumbre

Sinfónica
expansiva
roturando
los contornos
anímicos,
vaivén
en los bordes
elásticos de
la paranoia.
Una chica explotó
y flores como sandía
irrumpieron el silencio.
Mis ojos
odian la violencia
de la sangre,
grito,
embestida,
llanto
como fideos
en la sopa
del universo,
agua,
azul.
Me siento mejor.
¿Mañana?
Quién sabe.

Sitio en reconstrucción


Suturas en el sexo
menos en la memoria.
Los ecos púbicos
se propagan
como la luz,
pero no para aclarar.
Cuando mayor capacidad
tiene el foco de la esperanza
menos probabilidades tiene el olvido.
Estoy pataleando en el esperma amputado,
temblando en la oscuridad que no me deja leerte con las manos,
durmiendo con todos los hombres que me excitan las ganas de borrarte,
porque me has dolido la existencia
al punto de querer salvarme
y decir
basta.


Cuando tu futuro sentimental está en las manos de un muerto

Cómo interpreto los signos
si mi ojo disléxico dice gelatina
cuando me inyecto Fresco Solo de mora.
Buscar la vena infinidad de veces
para que mi sexo cante sanjuanitos
en honor al esperma se me ha hecho costumbre.
Me han llovido
rostros picantes  y sudores rizados,
lenguas binarias que han tenido que
sostenerse en una pierna
para hurgarme con la otra los flancos del silencio.
Pero solo aprendí a decir:
“Mi amor, tengo altas expectativas
y tus esfuerzos no me los como
ni con ciencia ficción”.
Mensajes de voz clonándose
y el hombre de mi vida ya no me gusta.
La dislexia entre lo que quiero y lo que pesco
es proporcional a  millones de animalitos
escupiendo VIH en la sangre.
O sea, mi incapacidad para elegir al indicado
es lo mismo que decirle a papá:
“dibújame zonas fértiles,
porque otros  me follan la pupila
 y hasta ahora no aprendo
a ver
n
a
d
a”.


Dinámica de la deconstrucción

Desde chica me gustó abrir las cosas
para conocer su funcionamiento interno.
Misteriosamente perdimos un gato,
hace una semana desapareció el perro
y mamá prometió que no volveremos a tener mascota.


Metodología para alcanzar el encierro

Cuando te han hablado
de humedad
y para no decepcionarte
te han hecho
florecer llanto,
cuando te han esculpido florecillas
pero no en la mirada
y has tenido que arrancarte
de la entraña las espinas,
cuando has oído las explosiones
del abandono con los tímpanos del alma,
solo ahí has decidido cerrar las puertas,
cansada de recibir huéspedes
que solo te  saben
doler.



Tania Salinas Ramos, abril de 1990. Loja-Ecuador.

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