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Sarolta Bán |
El que come callado se condena
Me
abrazabas
y
fumabas el vapor de mi inocencia.
Llovía
insistentemente
en
las carreteras de lata
y el
tímpano estaba a punto de explotar.
Jamás
me diste tregua,
por
eso y sin querer
ahora
te empaño
la
reputación,
con
todo el humo
de
las mujeres
exiliadas
en
las fábricas
capitalistas
del deseo.
Dolly se lava el espanto pero no se friega la
incertidumbre
Sinfónica
expansiva
roturando
los
contornos
anímicos,
vaivén
en
los bordes
elásticos
de
la
paranoia.
Una
chica explotó
y
flores como sandía
irrumpieron
el silencio.
Mis
ojos
odian
la violencia
de
la sangre,
grito,
embestida,
llanto
como
fideos
en
la sopa
del
universo,
agua,
azul.
Me
siento mejor.
¿Mañana?
Quién
sabe.
Sitio en reconstrucción
Suturas
en el sexo
menos
en la memoria.
Los
ecos púbicos
se
propagan
como
la luz,
pero
no para aclarar.
Cuando
mayor capacidad
tiene
el foco de la esperanza
menos
probabilidades tiene el olvido.
Estoy
pataleando en el esperma amputado,
temblando
en la oscuridad que no me deja leerte con las manos,
durmiendo
con todos los hombres que me excitan las ganas de borrarte,
porque
me has dolido la existencia
al
punto de querer salvarme
y
decir
basta.
Cuando tu futuro sentimental está en las manos de un
muerto
Cómo
interpreto los signos
si
mi ojo disléxico dice gelatina
cuando
me inyecto Fresco Solo de mora.
Buscar
la vena infinidad de veces
para
que mi sexo cante sanjuanitos
en
honor al esperma se me ha hecho costumbre.
Me
han llovido
rostros
picantes y sudores rizados,
lenguas
binarias que han tenido que
sostenerse
en una pierna
para
hurgarme con la otra los flancos del silencio.
Pero
solo aprendí a decir:
“Mi
amor, tengo altas expectativas
y
tus esfuerzos no me los como
ni
con ciencia ficción”.
Mensajes
de voz clonándose
y el
hombre de mi vida ya no me gusta.
La
dislexia entre lo que quiero y lo que pesco
es
proporcional a millones de animalitos
escupiendo
VIH en la sangre.
O
sea, mi incapacidad para elegir al indicado
es
lo mismo que decirle a papá:
“dibújame
zonas fértiles,
porque
otros me follan la pupila
y hasta ahora no aprendo
a
ver
n
a
d
a”.
Dinámica de la deconstrucción
Desde
chica me gustó abrir las cosas
para
conocer su funcionamiento interno.
Misteriosamente
perdimos un gato,
hace
una semana desapareció el perro
y
mamá prometió que no volveremos a tener mascota.
Metodología para alcanzar el encierro
Cuando
te han hablado
de
humedad
y
para no decepcionarte
te
han hecho
florecer
llanto,
cuando
te han esculpido florecillas
pero
no en la mirada
y
has tenido que arrancarte
de
la entraña las espinas,
cuando
has oído las explosiones
del
abandono con los tímpanos del alma,
solo
ahí has decidido cerrar las puertas,
cansada
de recibir huéspedes
que
solo te saben
doler.
Tania Salinas Ramos, abril de 1990.
Loja-Ecuador.