26 de junio de 2024.
Luces brillantes, ecos del destino,
La suerte gira en este casino.
Monedas tintinean, risas y pasión,
En cada apuesta, una nueva emoción.
Ruleta girando, promesa y desvelo,
La fortuna sonríe, desafía al cielo.
Fichas como estrellas, sueños de grandeza,
El juego es un arte de pura destreza.
Cartas que cuentan secretos velados,
El crupier maneja destinos sellados.
Gana quien arriesga, pierde quien teme,
El azar y la astucia aquí tienen un nombre.
En la mesa verde, el tiempo se detiene,
Cada victoria, un deseo que viene.
Grandes premios, ilusiones en vuelo,
En este mundo de brillo y anhelo.
Y cuando el último giro de la ruleta,
Desvele el final de la apuesta secreta,
El eco quedará en la memoria presente,
Del casino que marca cada paso valiente.
Para más emociones y grandes ganancias, visita ex.casino.
8 de diciembre de 2021
Somos les niñes
que nunca fueron
invitados a cumpleaños.
Somos los niños
que les bajaron los pantalones
en medio de la clase.
Somos los niños
que nos llamaron
enfermos, maricones,
marimachos,
que nos inventaron seudónimos
para lastimarnos, humillarnos
y, finalmente, silenciarnos.
Somos las que hemos tenido
que demostrar nuestra valía el doble,
que para agradar teníamos
que tolerar cargar con más trabajo
en la tarea grupal.
Somos la escoria social,
deviniendo en lacra institucional,
jugando a ser realeza…
Somos esos que recibían palizas y acoso,
somos las que los baños
y las clases de gimnasia
nos generan pánico.
Somos esas que cada mañana
teníamos que levantarnos y mentalizarnos
de que, en el camino al colegio,
no más de un kilómetro,
íbamos a tener que soportar gritos,
bajar la mirada y seguir caminando…
esperando que no vaya a más.
Somos las que jamás
hemos sido apropiadamente defendidas
por las figuras de poder circundantes,
porque queríamos ser defendidas.
Somos las que parecíamos débiles,
indefensas y sumisas;
y al parecer solo eso bastaba
para ser tomadas
como blanco de vuestros ataques.
Somos las que se les ha negado
un primer amor adolescente.
Desconocemos el flirteo,
el enamoramiento
y la correspondencia
como también se nos ha privado
del llanto del primer amor juvenil
y el encontrar consuelo
en los brazos de las mejores amigas.
Somos las que tuvimos nuestra primera vez
con algún tío rancio,
que conocimos a través de algún chat,
que nos duplicaba la edad
y con el cual, ni siquiera,
nos planteamos el consentimiento
porque hemos recibido
tan poco amor durante toda nuestra vida
que cada vez que recibimos atención
nos sentimos en la obligación de corresponderles.
Y sí, también hemos sido violadas
por tíos que a su vez han sido violados
porque la violación,
además de ser sistémica e institucional,
es la pandemia
de la que deberíamos estar hablando.
Somos las que para sobrevivir
acabamos forjándonos una personalidad
que más que eso
parece un mecanismo de defensa.
Yo soy la que contaba como plus-one,
la marica mejor amiga,
la actriz de reparto en mi propia vida,
con la que los muchachos tenían
que hacerse los simpáticos
para acceder a las bragas de la amiga.
Siempre chaperón,
siempre peón,
siempre una más del montón.
Y ahora tú, pretendes decirme
que me vaya,
que me calle,
que me aparte,
que esta no es mi celebración,
que ya se pasó mi hora,
que ahora soy lo suficientemente adulta
como para atender a otras cuestiones…
Y ahora tú, quieres que me haga a un lado
y no ocupe tanto espacio,
que no hable tan fuerte
y que no esté enojada todo el tiempo,
que elija mis batallas,
que me baje de las carrozas
y que pida permiso,
que sea una jugadora de equipo y confíe…
Así que ahora que sabéis lo que sabéis
les pido muestren
un poco de generosidad
con toda esta monstruosidad.
8 dicembre 2021
Siamo lз bambinз
mai
invitatз ai compleanni.
Siamo i bambini
a cui calavano i pantaloni
nel bel mezzo della lezione.
Siamo i bambini
che venivano chiamati
malati, froci,
camioniste,
a cui venivano dati soprannomi
per farci del male, umiliarci
e, infine, zittirci.
Siamo quelle che dovevano
dimostrare il doppio delle loro virtù,
che per farsi piacere dovevano
impegnarsi di più
nei lavori di gruppo.
Siamo la scoria sociale,
divenuta peste istituzionale,
giocando a essere regine…
Siamo quelli che pativano botte e soprusi
siamo quelle col trauma
dei bagni
e dell’ora di ginnastica.
Siamo quelle che ogni mattina
dovevano alzarsi e abituarsi all’idea
di dover sopportare,
in quel chilometro scarso verso scuola,
le urla
lo sguardo rivolto verso il basso e senza mai fermarsi…
sperando di non ricevere di peggio.
Siamo quelle che non sono mai
state abbastanza protette
dalle figure di potere circostanti,
perché volevamo essere protette.
Siamo quelle all’apparenza deboli,
indifese e sottomesse;
e a quanto pare ciò era abbastanza
per convertirci
nel bersaglio dei vostri attacchi.
Siamo quelle a cui è stata negata
la prima cotta adolescenziale.
Non sappiamo nulla del flirtare,
dell’innamorarsi
e dell’essere corrisposti
come pure ci hanno privato
del pianto per la prima delusione amorosa
e del conforto
fra le braccia delle migliori amiche.
Siamo quelle che la loro prima volta l’hanno avuta
con qualche tizio attempato,
conosciuto via chat,
col doppio dei nostri anni
e che, neppure,
abbiamo mai pensato di rifiutare
per aver avuto
così poco amore nella nostra vita
che ogni minuscola attenzione
sentivamo l’obbligo di ricambiarla.
E sì, siamo state anche stuprate
da tizi a loro volta stuprati
perché lo stupro,
non solo è sistemico e istituzionale, ma
è la pandemia
di cui tutti dovrebbero parlare.
Siamo quelle che per sopravvivere
si sono forgiate di una personalità
che sembra più
un meccanismo di difesa.
Sono la “più uno”,
la checca migliore amica,
l’attrice non protagonista della propria vita,
con cui i ragazzini
dovevano atteggiarsi
per poter entrare nelle mutandine dell’amica.
Sempre il terzo incomodo
sempre la marionetta
sempre una delle tante.
E ora tu mi vieni a dire
di andarmene,
di far silenzio,
di spostarmi,
che questa non è la mia festa,
che il mio momento ormai è passato,
che adesso sono abbastanza grande
per badare ad altro.
E ora tu pretendi di mettermi in un angolo
senza occupare troppo spazio,
di non alzare troppo la voce
e di non essere perennemente incazzata,
di scegliere le mie battaglie,
di scendere dalle carrozze
e chiedere permesso,
di fare gioco di squadra e fidarmi…
Perciò, ora che sapete tutto
vi chiedo
un po’ di cuore
davanti a tutta questa miseria.
Elias Miguez / Glaciar
Elias Miguez (1991, Buenos Aires-Argentina). Licenciado en composición coreográfica con mención en Expresión Corporal. Como coreógrafo ha estrenado obras como “Sexo De-vil”, “Abortar la Danza”, “El verano” y “No hay mal que dure cien años…”.
A partir de 2017 emigra a España donde trabaja con coreógrafos como Rui Horta y Mónica Runde, entre otros, participando a proyectos en el Matadero de Madrid, el Conde Duque y la sala Cuarta Pared. En 2021 estrena dos piezas escritas, dirigidas e interpretadas por él mismo: “Vida, muerte y resurrección” (Antic Teatre) y Concierto nº1 (Teatro Pradillo).
Desde 2017 escribe poesía contemporánea de verso libre que integra en los textos de sus obras y sus apariciones bajo el alter ego drag Glaciar, con el cual ha ganado el primer festival internacional de Drag&Opera 2021.
Davide Caroleo (traductor)
Licenciado en Lenguas y Culturas Modernas (inglés y español) por la Universidad de Urbino "Carlo Bo", trabajó inmediatamente como profesor de italiano, traductor y mediador lingüístico y cultural dentro del sistema de acogida y protección de solicitantes de asilo. Posteriormente, realizó un Máster en Traducción Literaria en la Universidad Complutense de Madrid, donde actualmente reside y trabaja como traductor literario (SPA - ITA), ocupándose también de la edición y corrección de textos. Sus traducciones se han publicado en la industria editorial y en varias revistas literarias en línea.