Collage: Eduardo Román Trejo |
Ansiedad
Soy los pulmones colapsados,
el
estómago en caída libre,
el
corazón sincopado.
Soy el trabajo ideal,
los
vecinos silenciosos,
el
abdomen que se ejercita solo.
Soy el pretexto número 55.
Y
el primero.
Y
el segundo.
Y
el último.
Conjuro II
Enuncio un conjuro
para
evitar la autodestrucción de mi cuerpo,
pero
el ácido de mi estómago se agita
creando
una música
que
me arde en los hombros,
y
mis palabras pierden sentido
por
tanto repetirlas,
como
el futuro que he vivido
ya
mil veces en mis párpados cerrados.
Un zumbido me muerde los tímpanos,
es
la letanía del presente
amenazando
con abandonarme
a
menos que tome 500 miligramos
diarios
de felicidad
en
presentación dispersable.
¿De qué color es el calor del oxígeno?
¿Por
qué no puedo escuchar
sus
manos frotando mis arterias
en
busca de fuego?
El hastío me llena los pulmones
y
me arrulla en las noches,
noches
donde sueño
con
mis pies desnudos
pisoteando
los insultos del tiempo,
pero
el tiempo tiene un lenguaje infinito.
Reformulo un conjuro
para
evitar la autodestrucción de mi cuerpo,
porque
si deseo liberarme
clavando
en el pecho
del
enemigo una estaca
la
punta saldría por mi espalda.
La vida cliché
Me gusta la vida cliché:
el
ritmo lento, el cielo azul, los bajos sueldos.
La
siesta de media tarde,
recorrer
todos los días
20
veces la misma calle.
Aquí en la vida cliché
las
estrellas brillan,
los
grillos cantan.
Aquí
el
tiempo
sí
alcanza.
Karina
Zavaleta. Nacida en la Ciudad de México en diciembre de 1992. Es licenciada en
Lengua y Literaturas Hispánicas por la Facultad de Filosofía y Letras de la
UNAM. Se ha desempeñado como periodista cultural, editora y redactora
publicitaria.