1
Y Él dijo: tus muertos me
la pelan.
Aún son en distancias horrorosas,
como el fantasma que a lo lejos se esfuma
y luego sueña estrategias de sangre.
¿Sabes lo que es colgarse?
Aún son en distancias horrorosas,
como el fantasma que a lo lejos se esfuma
y luego sueña estrategias de sangre.
¿Sabes lo que es colgarse?
2
La fuerza de este suero es el roer más suave
y triste en su último destello.
Con el álbum de fotos carcomidas
sola, desaliñada vaga por el cuarto
y el horror del siglo come de su entraña.
Hay manos deslizándose hasta el pubis
sus ojos trepan y descienden pabellones.
La vemos fuera de la sala deambular
como algo muerto dentro de nosotros;
él dijo que saldría intacto y sin usar los mecanismos
de emergencia.
Cuando el doctor termine de ver el noticiero dile:
observe los fantasmas que orbitan en la cuna
y que su error le sea placentero.
3
Estoy
cansado de estar muerto y ser
Juan
Eduardo Cirlot
¿Se fue en el fragor que soltaste al parirlo?
Tiene miedo, está en la misma de siempre.
Por esa cuestión es la distancia
y tiembla cuando apareces.
4
a Javier Sicilia
Hay un intruso en las campanadas
que deja entrever la tiranía de sus cifras.
Es el que duerme musitando al cero.
5
Tiene el rostro de un tiempo sin bultos linfáticos
y su chica te ruega seas el último intento.
Muerde sus pechos; antier fueron tuyos.
Sucio y fuera de ritmo compón su extrañeza
elije entre ver, actuar y ofrece tu miembro de regalo.
Sé el juguete que siempre buscó para deformarse.
6
En el centro del frío
el error de los vientos te lleva a la sombra
donde enarbolas hijas de humo.
¿Recuerdas a la que es deseada por las bestias?
Abandonada en la alcoba
en la pavana de niñas borrosas
¿podrás concebir la respuesta?
La espalda rasgada no aclara el misterio.
7
Se desplaza por circuitos medidores
y surge del interruptor.
Primero un punto que fibrila
y luego se expande, inmensa pantalla,
genera escalas luminosas
y retorna de improviso
al modo de silencio.
8
Ah, cómo diablos pudo pasar,
te insustanciaste en el plomo de Junio.
No lo tomes personal,
en tu magnitud ya no hay segunda vuelta,
no después de la aventura
y peor si ahondas en su laberinto.
Márchate, no puedo hablar más,
para mí es suficiente
ser el excéntrico de la familia.
te insustanciaste en el plomo de Junio.
No lo tomes personal,
en tu magnitud ya no hay segunda vuelta,
no después de la aventura
y peor si ahondas en su laberinto.
Márchate, no puedo hablar más,
para mí es suficiente
ser el excéntrico de la familia.
9
Pues sí, Kristeva, fui abyecto
pero aquella mosca andaba echando cabras
por eso la machaqué.
Fue en público y, lo acepto, repugnante.
¿Qué más hacía? Agonizaba, temblaba odiosa
y todavía quiso dejarme en custodia
sus últimas larvas.
pero aquella mosca andaba echando cabras
por eso la machaqué.
Fue en público y, lo acepto, repugnante.
¿Qué más hacía? Agonizaba, temblaba odiosa
y todavía quiso dejarme en custodia
sus últimas larvas.
10
Llegó muy tarde
pero aun así fue a recibirlo
sin mostrar el mínimo enfado.
Y qué sorpresa la suya
al verlo cruzar con un hombre
idéntico a él.
Para evitar el amancebamiento
lanzaron una moneda al aire
y al caer se les perdió.
pero aun así fue a recibirlo
sin mostrar el mínimo enfado.
Y qué sorpresa la suya
al verlo cruzar con un hombre
idéntico a él.
Para evitar el amancebamiento
lanzaron una moneda al aire
y al caer se les perdió.
Álvaro Luquín
(Guadalajara, Jal.; 1984)
(Los poemas pertenecen a “Panóptico” próximo a publicarse en Bonobos)
Los poemas son enumerados con el objetivo de marcar su inicio.