ANDREA ROJAS VÁSQUEZ

Mi cowboy

Mi cowboy se humedece en alcohol
y me pregunta quién soy,
en seguida
yo apunto
una galleta de animalito
que acaba de romperse.                                    
 Él rie y yo pienso en la muerte.

Sin embargo amo.

Mi cowboy está hecho de cenizas,
majado manaba
y polvo blanco.
Ah, y sobre todo cerveza.
Nuestro amor radica
en lamernos mutuamente
las heridas del combate,
y es que hay tanto caos,
tanto mundo por desencajar,

y apenas hemos comenzado.


NO HE NACIDO PARA SER HITCHCOCK

La noche es una línea que se escribe a ritmo de control+alt+ supr.
y 1,5 de interlineado

doble espacio
triple espacio
triple equis
como un gemido medio porno
y medio heavy que me recuerda
a papá cuando se rompió el brazo.
Es que siempre hablo de rompimientos
y de porno
es decir popcorn
porque que la dislexia insurgente
en contra de mi propia voluntad
textolibidinosa
me hace hablar de papá
quien por cierto fue mi primer amor
y de esas cosas que a nadie le importa
porque tengo veinte y dos años
y titubeo cuando hablo.

Uso el abrigo escarlata de mi madre
y lloro en silencio
pensando en lo mucho que me gusta
 comprar mangos de manchas oscuras en los mercados
porque crecí en un mercado
y mi pelo aún tiene olor a fruta
a conflicto
y a campo.

Mi madre dice que soy destructiva
y la multiplicidad de la muerte esplende cuando hablo:
bla
          bla
                      bla
Mi perro cayó del piso tercero
y no hay poema que explique lo mucho que
estoy temblando.



Leo poemas :/


Antes de dormir
me llevo un montoncito de poemas a la cama.
Hablan de cervezas, de hombres, de cervezas,
de úteros que se desgarran,
de cervezas,
de corbatas rojas como símbolos fálicos que se anudan a la garganta,
de cervezas,
de sangre en la leche,
de cervezas.
-Leo poemas y a quién le importa si he comido hoy-
digo:todo está bien,
todo está bien.
La casa se cae a pedazos
conmigo adentro
y mi mamá está llorando
vendió los muebles
vendió el violín que nunca aprendí a tocar
porque leía poemas
y ahora yo estoy llorando

Mañana llamarán del banco.

Leo
poemas.







Pre- morten, te dicen.


El teléfono había insistido largo rato
-dejaré que se cuelgue.-
Dije.
y comprendí que no temía a la muerte.


Primeras lecciones


“Mi mamá me ama mucho”
Eso fue lo primero que me enseñaron a escribir
en la escuela.
Aprendí entonces
que no todo lo que me enseñarían sería cierto.


o.O


Y miras el edificio de enfrente
las luces intermitentes golpean tu mirada
-sabes que no serán las únicas que te golpeen esta noche-
Y esperas ese taxi
como si en él fuese a venir la esperanza que le falta a tu vida
pero él no viene
<>

y el edifico de enfrente

ha empezado a mirarte.


Hay quien dice que:
 “si no sirve de alimento, sirve para abono”


Camino por el terminal,
 tres animales se acurrucan
en hilera contra el frío,
a filo de vereda.
"Escóndete perrito que -EL BROMISTA - viene."
dicen alrededor los taxistas
y las "personas" ríen.
Me pregunto dónde están todos aquellos que dicen conmoverse.




Andrea Rojas Vásquez (Loja, Ecuador 1993). Escribe desde el día en que una maestra le preguntó: quién eres y no supo responder. Sus textos se encuentran en Bitácora de vuelos y Revista Letra Fuego.  Invitada al III Festival de Literatura y Artes Plásticas Riobamba 2016. Actualmente trabaja en sobrevivir al caos para hacer nacer su obra. Tiene como predilección los placeres cotidianos como quedarse en pijama o remojar el pan en café.

Entradas populares

Lxs más leidxs