MARÍA LEUBRO




 
Martha Rosler



1.

Quiero una fiesta de matrimonio
-para mí-
en un salón de fiestas
de presupuesto ajustado.
Quiero un vestido pomposo
con la cintura apretada
y con falda amplia.
Quiero hacerme las uñas
quiero mandarme a maquillar.
Quiero un menú grasoso
y wiski barato.
quiero pajecitos
o cómo sea que se llamen
revoloteando alrededor.
Quiero una orquesta bailable
que toque canciones viejas.
Quiero un pastel de tres pisos
con flores de crema
rosa
turquesa
y blancas
dulces
dulces
dulces
a más no poder.
Quiero unos centros de mesa primorosos
con astromelias, rosas y esas flores pequeñitas
las de los arreglos florales;
quiero que se los lleven a hurtadillas
las viejas tacañas.
Tomarme fotos
Mesa por mesa
Con los invitados.
Quiero lanzar el ramo de novia
-lejos-
Quiero emborracharme,
vomitarle los zapatos al cura
-Por equivocación-
quiero arrepentirme
llegar a mi cama sencilla y de una almohada
llevarme un vaso de agua a la cama
pensando
en el carácter pasajero
de los pequeños horrores
de las pequeñas alegrías.


2.

Cada ocho días, aproximadamente
recorto mis uñas, de una manera
Incorrecta, Por no decir mediocre.
Sin embargo,
mis uñas siguen creciendo.
Cada cierto tiempo,
cuando algo importante sucede
o cuando lo recuerdo
hago que alguien me corte el cabello
y, aunque menos voluminoso
aún sigue creciendo.
Cada vez que algo lastima mi carne
el tejido es reemplazado por otro
aunque ahora
con menos suficiencia y calidad.
Cada vez que la apatía
Se apodera de mi cuerpo un domingo
brotan pensamientos
y viajan hacia otros lugares.
Cuando mis tristezas crecen
se transforman en otras cosas,
en cosas inesperadas.
Lo quiera o no
mis células se siguen multiplicando.
Eso me dice, que de momento
y de forma inevitable
Yo soy imparable.



3.

Ofrezco mis servicios de compañía.
Le acompaño al supermercado,
puedo ser útil revisando fechas de vencimiento,
ayudando a escoger los víveres,
o haciendo comentarios sobre el costo de la canasta familiar.
Le acompaño a la sala de espera del odontólogo
puedo sentarme justo al lado en silencio,
solo para evitar que alguien más lo haga
y de lata con alguna conversación incomoda.
Le acompaño a la fila del banco,
puedo llevar libros preciosos para leerle mientras tanto,
pasito.
Le acompaño a funerales,
porque es muy aburridor ir solo a funerales.
Le acompaño a su propio funeral,
si no tiene quien más le acompañe.
-También puedo musicalizarlo -
me parece una buena forma de abandonar este mundo;
además,
es muy aburridor ir solo a su propio funeral.
Le acompaño al pasado, al presente y al futuro
Sobre todo, al futuro,
Ese sí que me causa curiosidad


4.

¿Cómo preparar la tierra para construir una casa?
¿Cómo preparar la tierra para un huerto?
¿Cómo preparar la tierra para una siembra?
¿Cómo preparar la tierra para plantar césped?
Pero en ningún lugar dice,
¿Cómo preparar la tierra para un muerto?
Tal vez, deba buscar algo más amplio,
Algo como:
- Delicadas y permanentes labores de jardinería –

5.

Tengo una idea en remojo
desde el domingo anterior.
Ha pasado una semana
y sigue en remojo,
partes de la idea
se desprenden
se debilitan
se deshacen.
En otras zonas las esporas hacen lo suyo,
se multiplican, se acumulan, aumentan, crecen.
Alguien me dijo que tengo que sacar la idea
o puedo echarla a perder;
he decidido no hacerlo.
Es una idea preciosa
sobre el paso del tiempo.

 6.

A primera hora en la mañana,
me miro en el espejo,
mentalmente
me repito que:
Hoy – voy – a – ser – la – mejor – versión – de – mí – misma
Mientras tanto,
advierto en el reflejo,
La peor versión de mí misma,
La versión más mediocre de mí misma,
La versión más vergonzosa de mí misma,
Me miran pacientes
Con ternura,
Me recuerdan
Que todas estamos
En el mismo cuarto.



MARÍA NATALIA ÁVILA LEUBRO. (Colombia, 1979). Graduada en Artes Plásticas de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Le interesan las posibilidades que ofrecen la ficción, la imaginación y los hechos cotidianos para crear diálogos entre seres animados e inanimados, con la intervención del humor, la tragedia y la música entre otros.
Ha participado en exposiciones colectivas como El 16 Salón regional de artistas zona centro (2018); El proyecto curatorial «Todo lo tengo, todo me falta» realizado por Carolina Ponce de León para la sección Arte cámara de ARTBO (2018); Habitar, ser y sentir, las fronteras, Sala ARTBO  (2017); El 44 Salón Nacional de Artistas, con el proyecto seleccionado: publicación “Vine, vi y me vendí, como parte del componente editorial (2016);Terra Tenebrosa, Sin Espacio (Cali, 2016); Sal Vigua, Cámara de Comercio de Bogotá (2015); El salón de la justicia, FGAA y Cámara de Comercio de Bogotá (2015);y Muñecos de loza, Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá – MAC (2014); también ha  participado en diversas publicaciones, entre ellas "Pequeña biblioteca - Arte colombiano del siglo XXI" (2016), Vine, vi y me vendí (2016), ANTI-OQUIA (2012) y Sobre el fracaso (2010).  Y ha realizado exposiciones individuales como “Todos los días se perrea con la muerte”, gracias a Beca de creación artística IDARTES en El Parche Artist Residency (2016); y Las divas también lloramos – Cambalache Sentimental, Intervención en las “Vitrinas Cundinamarca” y activación de “La Esquina” en el Museo de Antioquia (2019).

Colaboración: Luisa Villa Meriño

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