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Manuel Calderón |
PORLOCK
Lo que germinaría sido red, redes que
contuvieran
estas palabras en otra.
Otra espalda en lo desnudo.
Otras medusas pétreas.
Yo quiero eso.
Lo que un pez es.
Había un poema ya de quién, que lo decía.
Había un poema en el mazago.
En tu cabello.
En un país.
Pero perdí el collar en las raíces del
durazno.
(Raíces: sillas de
mar donde él me guarda en vientre, yo
siendo la estrella.)
Y entonces fue
alto mirar hacia el anillo;
astro que ardiente madrugara;
algo o gota amurallando, algas desleídas de
cabeza;
su voz; bosquecitos de piedra en pieles
azul y cajas negras
con su lazo siéndome, en el castillo de hielo
bajomar
donde ya habito.
Vámonos.
Que significa: Aquí.
V I T U A L L A S P A R A
U N L I S T Ó N D E L L U V I A
Verde es sombra. ¿Pero hay espacio entre
esas cosas y decirlas? ¿No es verdad
que estoy ahí? Sí, el cielo es azul
porque lo miro. No ese instante
ni el perímetro de las cosas
hundiendo en la cuenca.
Plúmbago, la cáscara del sol
también nigérrima, ambas.
¿Pero eras tú o era un castillo?
Rojo. Cleidomastoideo.
Así fue urdir palpando
su nombre a la caída.
(Aquí Mojan. Sus Patitas. Pájaros De Octubre
En Lo Mullido)
M I A L E G R Í A
Tú no sabes volar y ya no
quiero ya no quiero ver caballos bailar en su caja verde látigos y lengua ya no
quiero dibujar (pequeñas jaulas en la pared de polvo) ya no quiero sumergir
seis leguas de mar bajo párpados postizos, no, la memoria de ése en fuego abierto
diluir la sin caracola la sin mar sumar silencioso que domina diez palabras que
no fueron aquí ni casitas en el árbol ni zapatos al revés como alondras
metálicas ni alondras con el párrafo de su costilla abierto como góndolas de
luz.
Ni mi alondra modorrita en
mi miseria más mimosa.
Ni mi lastre de ríos en
cuatro números dos meses y un pastel azul a la justa medida de mi boca galopar
(mi galopar naranja) en mi boca galopar su galopar ardor su ensillar la
maravilla en la abocada: cuando yo y mis nueve años mi vestido casi verde
cuando yo y mi minuciosa lentejuela cuando organicé (diez fiestas de
cumpleaños) para recibir listones que pudiera calcular que pudiera dividir que
pudiera resolver (que Nomeolvides significa Nomeolvides) que pudiera recordar
cuando Lidia se sentó (a la orilla de mi cama) y dijo algo que su osito
derrumbé y dijo algo que su primo me miró (el cabello dividido en dos crenchas
perfectas) revelándome mi nombre (Amalia, Lidia Amalia) quien cuando al tirarle
mi monito mi álbum mi calculadora me brindó el tercer matiz del ardo exacto y
los saldívares.
(La isla que nunca, amor, ya
nos separaría.)
G O O D E N O U G H [1]
I.
Es cuando llovió batracios el cometa de mi doble cara.
Es cuando bailaste faros acordándome del sitio.
Es una clase de aritmética.
II.
Son caracoles y delfines, muy veloces.
Son como esto.
Son la espada del umbral con un roedor.
III.
Significa que si este volcán se parapeta, yo seré la
misma.
Significa que debes insertar una isla voladora aquí.
Significa una Caja Sin Brazos.
Diana Garza Islas (Nuevo León, 1985).
Tiene tres libros publicados: Caja negra que se llame como a mí (Bonobos,
2015); Adiós y buenas tardes, Condesita Quitanieve (El Palacio de la Fatalidad,
2015); y con Sergio Ernesto Ríos ha publicado: La czarigüeya escribe (Analfabeta, 2014).
[1] Transcripción
de los segmentos cabeza-tronco-extremidades de tres pruebas aplicadas en el
lapso de una hora.