KOBANÍ*
Para las
heroínas y los héroes de la resistencia kurda
Dicen las
trenzas de las guerreras salvajes:
no pasarán.
Dice la voluntad
de los guerreros, leones valientes de las montañas:
no pasarán.
Dicen los ojos
de las madres: no pasarán.
Dice la
inocencia de los niños: no pasarán.
Dicen las cartas
llenas de esperanza de los amigos:
no pasarán.
Dice la sonrisa
de los mártires: no pasarán.
Dicen los
campos, los huertos y los jardines
verdes: no
pasarán.
Dice la madre
que amarró a sus hijos con su
vestido bordado
para que no se pierdan:
no pasarán.
Dicen las
lágrimas del pequeño Sísifo: no pasarán.
Dicen la tierra,
el suelo y las piedras: no pasarán.
Dicen las casas,
los umbrales, las paredes, las ventanas, los techos y las tejas..
Dicen los
árboles, las hierbas, las plantas, los ranchos y el aroma de las flores y
albahacas..
Dicen las aves,
pájaros, el cielo, el viento y hasta el polvo..
Dice la chica
rubia que carga a su hermano entre
sus brazos..
Dice la abuela,
el abuelo y el hombre discapacitado..
Dicen las
amantes, las enamoradas, las novias
que esperan a
sus novios..
Dice la música,
las notas, los cantos y las canciones..
Dicen las
gargantas de Baki Xedo, Majo Kendish, Rachid Sufí, Ahmad Jeb y Khaled Sufí..
Dice la leyenda
de Darwich Afdí..
Dicen los poemas
de Nicanor Parra que estoy leyendo ahora..
¡Kobani!, confío
en ti,
confío que los
invasores, dictadores, criminales y asesinos
no pasarán.
Nunca pasarán,
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*Kobaní:
una ciudad kurda que resiste heroicamente la invasión de ISIS.
UN
FOTÓGRAFO KURDO
Un fotógrafo
Kurdo,
por muchos años
ha fotografiado
a los novios vestidos para la boda:
mujeres guapas y
hombres elegantes,
actores y
actrices,
a los alumnos de
la escuela,
a los niños en los
senos de sus madres o
encima de los
hombros de sus padres,
a los amantes
clandestinos que pasan por los
callejones de
Alepo.
Fotografiaba las
calles antiguas,
los árboles y
los jardines,
las puertas y
las ventanas,
las iglesias y
las mezquitas,
las terrazas
llenas de albahaca y jazmín
colgadas en el
hombro de los muros.
Fotografiaba,
fotografiaba sin parar.
¿Y ahora, qué
puede fotografiar un fotógrafo
kurdo en el
exilio, después de haber perdido a su familia en la guerra,
salvo el dolor,
la tristeza, la desesperación?
EL
NIÑO QUE LO PERDIÓ TODO
¿Dónde están mis
pies?, quiero ir tras los pájaros.
¿Dónde mis
manos? -quiero aplaudir para las
mariposas.
¿Dónde está mi
hermano? -quiero jugar con él
¿Dónde mi
hermana? -quero acompañarla al
mercado
¿Dónde está mi
madre? -quiero sentarme en
su seno cariñoso
¿Dónde mis
amigos? -quiero ir con ellos a la escuela.
El niño asustado
perdió en el
ataque a la escuela
a su hermano, su
hermana, su papá, su mamá y
la mitad de su
cuerpo
Ahora, en el
hospital de campaña
corre en un
sueño detrás de los pájaros.
Aplaude a las
mariposas
juega con su
hermano
bromea con la
hermana
acompaña a su
padre al mercado
se sienta en el
seno de su madre
va con sus
amigos a la escuela.
SALVACIÓN
Del susto,
del terror de la
masacre
al niño se le
hizo un nudo en la garganta.
Con sus manos
temblorosas
contó la
historia de su salvación.
CÁMARA
La cámara que
tomó las fotos
de los cadáveres
de los niños
se asustó
se retrasó
sus lentes
todavía lloran.
INFANTE
Al bebé que
sacaron
debajo de los
escombros
no le pasó nada
Estaba colgado
al pecho de su madre
succionando lo
que quedaba de leche
en su pecho
helado.
¡RESPUESTA!
¿Quién toca a la
puerta?
-Soy un ángel
abre la puerta-
Le contestó
asustado:
-Estás
equivocado, ángel
¿cómo puede un
muerto,
abrir la puerta
de su tumba?
Traducción
de Ghadeer Abu-sneineh

Colaboración:
Luisa Villa Meriño