AURELIO MACÓ



PARA UN POETA CURSI


Escribe siempre
Lo que sientas
Llorar, tal vez, podría servirte de algo.

Pero advertencia:

Nadie será responsable
Si tu corazón atravesado por una flecha
Apunta el arco hacia ti

Y te dice:
Goodbye quinceañero.

DE QUINCEY DECLARA

A favor
de la belleza

hay
asesinatos ejemplares
que no volverán
a repetirse:

aplastar una mosca
en una cicatriz

por
ejemplo.


UNA REIVINDICACIÓN DOMINICAL

padre, usted entiende: nunca he creído en Dios
pero creo en la cerveza
no creo también en la factibilidad de las liturgias
pero en cambio creo en el efecto del clonazepam
tampoco, padre, creo que esta actitud
poco patriota/ poco jesuita
sea obra negra exclusiva mía o del demonio
pero algo hay de cierto en esa hipótesis
no creo en la tv, por ejemplo,
pero sí que disney channel
siempre fue un padrastro severo para mí
y sin embargo
me enseñó entre otras cosas
que estar borracho es mi único estado espiritual


A UN POETA CASERO


Aún te faltan escribir los mejores poemas de tu casa
y, sin embargo, piensas que de tu cuarto a la cocina
estás nominado como el poeta más decente,
que, del jardín a la azotea, el perro y las hormigas
dan por hecho que tú eres el Pulitzer futuro
y que, en la sala,
los muebles y la radio
esperan ese libro que honre tus días sin quehacer.

Aún, es cierto, te faltan escribir primero los poemas al amor,
pero la crítica, aseguras, no siempre te es tan favorable;
ayer en el baño, por ejemplo,
el sarro percibió tu falta de malicia
y una cucaracha en el acto
reseñó tu último poema y lo dejó ilegible.

A ti, en cambio, a veces eso te parece un tanto baladí.
Escribir un verdadero poema, dices,
no debe ser como sufrir una censura casera;
piensas por eso en los elogios de tu abuelo
y sabes bien que sólo él te reconforta de las críticas.

Pero ser el mejor poeta de tu casa
nunca te ha sido tan fácil como piensan los demás.

Sabes que aún no has escrito el poema
que dignifique, al menos,
la vida del cátsup en el refrigerador.

ANTIHAIKÚ

Ronca el amo sobre la hamaca:
el perro mientras tanto
se acerca al charco de baba y se contempla.



ANTIHAIKÚ 2

Bashō somos todos:
una rana, en cámara lenta,
salta un estanque, en National Geographic.

RECADO

se me hizo
muy tarde, putita

pero
te dejé
mi cuerpo

al lado
del frasco
de mercurio

consérvalo
o tíralo
a la basura:
ya no importará

pero espero
que siempre
me recuerdes
como un buen chico

y que
no olvides nunca
que el plato
frío
de la venganza

hay que meterlo
al microondas

tres minutos
y medio.




Aurelio Macó (1991, México, D.F.). Ha publicado en diversas revistas y sitios web como El grito literario, Tachas, Tres pies al gato y Vozed. Está por publicar su libro La tragicomedia.

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