VERÓNICA ARANDA





             
Norvz Austria



SELVA

I

No ponía palabras al dolor.
Vivía en la irrealidad, en los jardines
donde crecían árboles de júpiter.
Era bajo las parras
pura escisión, letargo de los nombres,
brecha en la inconsistencia del panal.

Cantaba a media voz
sin asomarme al cráter.
Vislumbraba el sulfuro y el mineral ardiente.
Aún no habías llegado y la locura
era papiroflexia,
un barco de papel que caía despacio
a una jofaina llena de agua helada.


XI

           
Bajo el ventilador desvencijado,
en cada imperativo
había incertidumbre,
máscaras esculpidas
entre el fulgor y la aniquilación.

Al nombrar, sin premura,
caléndula, deriva,
luz de granja en silencio,
primer té negro al alba,
labios abstemios demandaban himnos.
             



XIII

           
La vida sedentaria
            es un círculo lleno de alacranes.

Conocí a una mujer en Rishikesh
            que buscaba el consejo de un asceta.
           
Tendió la ropa en azoteas lúgubres
y escapó de sí misma, de la selva
en un expreso lento.
            Le despertó el frescor de los magnolios
            en las gargantas donde nace el Ganges.

            Ató cada renuncia a un hilo rojo.



Mapas


Consultaba los mapas
con un bosque lluvioso en la retina
y dejaba su huella
en las contraventanas.

Si fallaban las brújulas,
si en un ardor de cal le cegaba la luz,
ella asumía el riesgo de quedarse atrapada
en una ciudad ajena.

                               

Despedida

Te vas para habitar un país trágico,
donde silban las balas
y hay peleas de gallos clandestinas.
           
No miras hacia atrás
porque es media mañana
y alguien moldea máscaras tribales.

Si acaso te demoras,
es en el territorio del granate
o en la ebriedad que da pronunciar Trípoli,
ser algo olvidadiza
y retratarte entre las hierbas altas.




                                                           De Épica de raíles, Devenir, Madrid, 2016

Antipaxos

No recuerdo
la forma de la isla,
sólo el sabor del vino de Antipaxos,
sólo tus hombros tensos
en ese paraíso diminuto.


 La casa escindida


La casa y su escisión.
La casa en las alturas
con el aura de un pájaro inseguro
o restos de equipaje
en las buhardillas.
La casa del castrado.
                       
No quise un cabecero de difunto
para mi sueño escaso.
No laqué estanterías
que contuvieran libros de aforismos.
No quise que en las grietas
cayeran excrementos de paloma.          
                       
El marino mercante
dejó ordenados los colores
en su última paleta.

Las noches eran nuestras
pero la enfermedad imaginaria
invadía las pérgolas,
era ansiedad y trigo sarraceno,
era esófago herido
diluyéndose en grises.

Desplazamos tabiques,
nada quedó diáfano.

           
                                               De Dibujar una isla, Reino de Cordelia, Madrid, 2017

                                               © Verónica Aranda


VERÓNICA ARANDA (Madrid, España, 1982)  Es licenciada en Filología Hispánica, gestora cultural, traductora, antóloga, viajera y fadista. Ha recibido los premios de poesía Antonio Carvajal de Poesía Joven, Arte Joven de la Comunidad de Madrid, Antonio Oliver Belmás, Miguel Hernández, Ciudad de Salamanca y el Accésit del Adonáis, entre otros. Ha publicado los poemarios: Poeta en India (Melibea, 2005), Tatuaje (Hiperión, 2005), Alfama (Centro de poesía José Hierro, 2009), Postal de olvido (El Gaviero, 2010), Cortes de luz (Rialp, 2010), Senda de sauces. 99 haikus (Amargord, 2011), Lluvias Continuas. Ciento un haikus (Polibea, 2014),Café Hafa (El sastre de Apollinaire, 2015), La mirada de Ulises (Corazón de mango, Colombia, 2015), Otoño en Tánger (Trabalis-Aguadulce, Puerto Rico, 2016), Épica de raíles (Devenir, 2016), Dibujar una isla (Reino de Cordelia, 2017) y la antología poética Mapas (2000-2015), Ediciones Matanzas, Cuba, 2018. Ha traducido a los poetas Yuyutsu RD Sharma, António Ramos Rosa, Maria do Rosário Pedreira, Rosa Alice Branco, Clarissa Macedo y Michel Thion. Ha participado en recitales y Festivales de poesía tanto en España como en Marruecos, Portugal, Francia, Estados Unidos, Cuba, Puerto Rico, Colombia, República Dominicana y Ecuador. Dirige una colección de poesía latinoamericana actual (“Toda la noche se oyeron”) en la editorial Polibea. Mantiene el blog: Poesía nómada http://veronicaaranda.blogspot.com

Colaboración: Luisa Isabel Villa Meriño 

Entradas populares

Lxs más leidxs