¿Por qué no hay un inquilino
amable?
Hay
un hombre con cabeza de conejo frente a mí
lleva
un traje azul marino y corbata verde jade
-se
hace negro el traje-
y
le sonrío
El
hombre-conejo baila en mi cabeza
con
sus pequeñísimos pies descalzos
y
blancos
sus
pasos vacilantes me agrietan el cráneo
y
de las hendiduras brotan flores como en mi pecho:
Tengo nueve flores en el pecho
Una se marchita y el resto florece
Los
ojos del conejo son tan negros
como
los tallos de las flores
el
hombre-conejo me mira
y
lo miro con mis dientes al descubierto
Mi
cara se hace blanca como la del conejo
y
mis orejas se extienden hacia el cielo:
-Hombre-conejo,
ven a mi encuentro-
El
hombre-conejo se sienta
su
vista está hacia ninguna parte
y
yo, escupo mis palabras hacia la nada
Cuántas fotos tengo que
tomarme para demostrar que este no es mi rostro
Mi
rostro fue escupido en frente de mis padres
nadie
dijo nada porque tenían miedo a que llorara
no
hay prioridad que duré cien años, pensé
y
me di la vuelta dejando un lío sobre mi espalda
En
mi cuarto no hay rincón que sirva de escenario para la selfie del día
espero
limpiar un espacio para fundirme en la pared blanca
llena
de manchas rojas, que pueden ser sangre
llenas
de malas palabras, que pueden ser Puta
y
que mi lápiz no quiso escribir a voluntad propia
pero
sí bajo presión con una pistola calibre que quieras
porque
no sé de armas negras y metálicas
Tomando
el móvil, las piernas me tiemblan
han
llegado a casa y la pantalla se pone negra
el
celular se muere de miedo y yo me trabo
de
la pantalla
que
ha visto la gente desde hace algunos años
en
donde he cambiado la imagen principal
dependiendo
la situación en la que me encuentre:
una risa forzada -imagen erótica y coqueta-
una cabeza apoyada sobre la mano izquierda -imagen de
todo está bien-
acciono
cincuenta disparos con mi dedo índice y elimino cincuenta y uno
Activo
los filtros:
Amarillo
para poner sonrisas sobre mis ojos húmedos
Sepia
para que la felicidad no sea absorbida
Blanco
para que lo negro no se note
Relación disfuncional
Hoy el espejo dejó de
ser yo
ignoró mis ojos
se robó mis lágrimas
y se burló a mi espalda
Caminó sus propios
pasos llevándose la sombra que ceñida a mis pies estaba:
se marchó
¿Fue el divorcio con
mi reflejo, decisión apresurada, equivocada e irrevocable?
Ya no hay aire en
este encierro ni luz que dé una ventana
sus ojos de mí se fueron
y la risa me fue arrancada
