Barcarola para Ophelia (fragmentos)
Te busqué
entre los destrozados, hablé contigo.
Tus
restos me miraron y yo te abracé.
Todo
acabo.
R.Z.
[Uno]
Alguien
[¿Lo puedes sentir?] Está escribiendo este tormental de cuerpos Este es un
temporal de frío y abundantes aguas Es tarde ya o quizá sólo es una temporada
ajada por un sol enrojecido Es noche y hay probabilidad de una polvareda de
esquirlas líquidas Es tarde: [¿Lo puedes sentir?]
[Dos]
Me
hablas con silencio que sólo escalda lengua y piel Vienes y retozas sobre mí
Siento tu cuerpo desvanecer entre la imagen que se refleja en un techo anidado
de estrellas moribundas De ahí donde sólo viene el pasado en forma de luz Luz
que no basta Y vienes a mi pecho a enseñarme sobre tu cuerpo moreno y
transparente [Yo no quiero volver a este cuerpo que es pasado también] Que es
página enjaulada Límpido lienzo para tus manos Vienes a enseñarme del cuerpo y
su cartografía: [El amor simplemente me desmorona]
[Tres]
[Te
deseo] De pronto parece no haber otra cosa Ningún recuerdo puede herirnos Nadie
puede bogar contracorriente desde el otro lado Sólo hilos colgando lentamente
desde una barcaza irreconocible Son palabras que dicen Nada Vienen a hundir su
filo de doble lengua en un cuerpo tierno Humectado por un cuerpo conmovido por
los años que se han acumulado en las marcas de los brazos En las marcas del
vientre Nudo en la veta de mi piel son estos marcajes de otros cuerpos que se
humedecieron en mis comisuras Que es otra forma de decir Costa intocable
Inaudible Impenetrable
[Ocho]
Acuérdate
de mi cuerpo desapareciendo bajo el agua Destrozado Acuérdate de venir sobre mi
pecho a escuchar el invisible latido A contener el pasado de la luz en la piel
Recuerda las bocas que no hablaron de la noche y la tormenta que nos absorbe
Ven a tomar mi mano Ven como la primera vez a conocerme Acariciar la piel
mortecina que me contiene Te veo venir Tomas mi mano Y tu luz me ahoga
*
Ella
impregna su nombre sobre los espejos de agua [Y no son suficientes para cubrir
la desnudez Dice ella] Sus entrañas ahora conocen sólo de una luz brillante que
emerge de un hombre [aunque también pudo ser simplemente un cuerpo fragmentado]
Su boca sólo reconoce la exactitud de la carne dentro de la carne Transpiración
[Una voz espontánea que no dice: Me declaro también de ti]
**
Ahí
está ella Inmoviliza mi cuerpo ya quebrado mientras pende de su piel la gota
roja del deseo Brillamos entre los
restos de una bruma que se añeja lentamente en las comisuras de los labios Casi
impronunciables Se fortalece esta duda que nació un día templado en el lecho de
una mujer que se dijo débil Y fue su mano entre nosotros y su boca fue la que
habló por nosotros Y cada cosa se detuvo a parir la oscuridad de sus pliegues
imperfectos De su astro circundante y de todo líquido que disolvió los lunares
del cuerpo Cada cosa Cada objeto Cada estatuilla se deshizo dentro las aguas En
el cuerpo que no se limita sobre los músculos Ella [Quiero decir: La anterior]
Nunca desaparece Nunca se va del todo Viene sola Viene sobre la noche Viene con
su pulso perfecto a escribir una historia mientras une mi cuerpo a su cuerpo
Ella viene Escribe Me pregunta “¿Lo puedes sentir?”
Preludio al
cuerpo
En tanto que
la muerte es una sensación
yo vuelvo a mi
estado: hilo y costura
en la navaja
flama que
humecta la piel para proteger a la aguja de la herida
aunque
prospere por el cuerpo la cicatriz
Úlcera prima
en la fronda:
Mejor surgir
bacteria viva en esa fosa inabordable
volver a ser
columna de agua que no se vence bajo un cielo enloquecido
y bocarriba disipa la noche sobre una
espalda
sobre otra
forma de conocer la tierra de
suturar la piel
Vuelve la
noche también la lluvia
y otra forma de decir tormenta
Detener con rabia a la catástrofe
es volver a un nombre
escrito tiempo atrás
entender de golpe la contingencia del cuerpo que emerge en escenas
recurrentes
evocación que distingue al fuego del filamento
ardiendo
En tanto la muerte es un estado de agravio
yo vuelvo a la desfiguración de una imagen:
ya no al ojo no al espejo ni a
la herida
sino al planisferio de una cartografía inexacta
imperfecta.
Simulacro de
ejecución (segunda versión)
I
Abres los ojos
y
es luz la que ahoga
apenas
puedes sentir tu sangre borboteando
dentro
sólo tu estómago y los ácidos gástricos
algo te muele a propósito el corazón
y presientes el dolor que volverá a tus rodillas
y presientes el dolor que volverá a tus rodillas
y el
crujir de huesos-paja ya sin peso ya sin sombra
y recuerdas
que
hace unas horas deseabas ver un cielo provocador
incrédulo
vibrabas
libre
solías llamarte
pero
lo sabes lo sientes también hoy
qué
ridículo ahora desear la jaula rota
por
última vez sientes la codicia de volar
pero
ahora sólo eres un número en la memoria
un
manojo de flores púrpuras:
un
cráneo abierto
II
Si al menos este cuerpo bellamente exánime fuera deseo
si al menos esta laguna de rojos recuerdos se derramara sobre nuestras cabezas
si este cuerpo desollado que está a mi lado sirviera de consuelo de llanto
qué abismo incandescente podría pulverizarte a ti
qué fuego qué arma
qué
herida dentro de tu carne podría disolverte
si
de algo sirviera tenerte aquí
con
los músculos distendidos
esperando
si al menos esta noche se coagulara en tu corazón
como una flor furiosa en las crestas de tu cabellera
si al menos esta noche en que te miro en silencio
algo
de ti se anunciara en la entrada
qué
hermoso sería
incluso con todas las vísceras sembradas en el campo
incluso con todas las vísceras sembradas en el campo
la
guerra me parecería un eco sin motivo ni futuro
sólo
el mar y tu voz
dentro
de mi sangre
III
Se
oscurecen parcialmente las ventanas por sombras de afuera
a lo
lejos creo
una
parvada de disparos contra el cielo
Sobre el asfalto gotas de silicón con amonio se reúnen lentamente
sulfuro ferroso es el aire envilecido de los hombres
Sobre el asfalto gotas de silicón con amonio se reúnen lentamente
sulfuro ferroso es el aire envilecido de los hombres
y lo
mezclan con mi sangre
en el suelo
en el suelo
brillando
quedan las cuencas vacías:
ojos ciegos deseando ver la cara del asesino
IV
IV
Desde el fondo de una cajuela
ella
recuerda amordazada
algo
parecido a la demencia le recorre el cuerpo desde dentro
entumida
los ojos ya no sollozan:
pero
ella no lo olvida recuerda
las promesas
no
lo deja tiene quiere estar sola
por
eso la mano dislocada y tibia de él
sobre
el muslo de ella
por eso la mano de ella
por eso la mano de ella
sosteniendo
un cuenco de amarga agua
V
Escribo
como
quien deja de lado su mano moribunda entre los escombros
Escribo como quien puede perderlo todo
y aun así sonríe con sangre entre los dientes
Escribo como quien puede perderlo todo
y aun así sonríe con sangre entre los dientes
En
estos días los escondrijos y los insectos se vuelven parte de mi sueño
desangran
la poca noche que me queda
para
que la luz que hace daño
la
que lastima cada ojo que mira
no
distinga la carne de la muerte
Escribo
lentamente y sobre la memoria
de
los que cayeron bajo un enrojecido llanto
y no
pudieron levantarse más
Afuera se quiebran huesos
y nosotros aquí cerrando los ojos para que el ruido desaparezca
y se lleven los cuerpos destrozados
Hacer transparente la existencia por
las muertes que me precedieron
y
por las que desconozco
por la presencia de unos pies desnudos sobre las hojas secas
y el dolor de los ojos al parir minúsculos cristales que destensan
músculos
la pulpa roja que palpita en la carne
viva
Escribo
esta noche
para que alguien venga
a cerrar las heridas de mis ojos
Una mujer como Marah (fragmentos)
I
Ella
despierta
Yo
sólo puedo mirar nuestras manos bordando el cálido muelle de nuestro pecho
Y
como relámpago negro nuestros corazones abren senderos de espinas
sobre la piel esculpida de noche
- Ella despierta entre nosotros- me aseguran
-Ella es la llovizna que
hemos invocado
-Ella caminando en nuestras mujeres-
Ella y su frágil marea ante nosotros
-Ella caminando en nuestras mujeres-
Ella y su frágil marea ante nosotros
Nadie
puede romper su desnudez
Así
te recibo
Así
te pruebo
Así encomiendo mi cuerpo a Marah
Con mis manos sosteniendo un cuenco de agua
negro abrazo para calmar la sed
III
Descubro a Marah sobre las piedras y los húmedos frutos
Descubro sobre nuestro hombro desnudo su mordida que es quemadura
Una
mujer como Marah
sólo
se puede hablar con el tacto de tibias lenguas
Una
mujer como ella
sólo
se puede tocar con nuevas palabras
que
giren sobre su espalda que es muralla de oscura madera
palabras
que escarben dentro de la turbia marea que son sus venas
que
describan la belleza que se encuentra en una rama caída
en
la anchura del río y su amarga agua
en
la sed apagada de un caminante como yo
dentro
de los cuencos que ella inserta en mis ojos
para
entender su fortaleza de hembra dulce
su
sabor de sol ardiente
de sombrío aguaje
de tibia agua
de
fibrosa carne que enciende la oscuridad
V
Que
nunca se cierre Marah
esta
lucerna de amarga marca
Que
contenga todo el dolor de tu cuerpo
mi
lengua que conoce la textura del enfurecido mar
Que
deslices amorosamente tu mirada en mí
hasta
palidecer esta tromba de torrentes lluvias
porque nunca han limpiado tanto sobre la piel
porque nunca han limpiado tanto sobre la piel
Para que me conozcas esta noche Marah
te
escribo estas pocas sombras
en
que cierro los ojos y te descubro sumergida
en
la profunda claridad del agua
que
te recibe cálida dentro de sus pliegues
Para
que me conozcas esta noche Marah
finjo
ser la sombra de una ceiba
que
te captura con oscuro vientre
para
besarte con húmeda boca
para
conocerte
mientras
toco el fondo de un amargo abismo
que
me conduce a ti
Estephani Granda Lamadrid (Puebla,
1985) Poeta, editora y artista plástica. Ha
participado en diversos talleres de creación y apreciación literaria así como
en Encuentros Nacionales de escritores y poetas. Es primera mención en el
Concurso Nacional de Poesía El Laberinto 2007; segundo lugar en el Concurso
Nacional de Poesía Enrique González Rojo 2008. Obtuvo el tercer lugar en el
Torneo de Poesía Adversario en el Cuadrilátero 2008, organizado por
VersodestierrO y Primer Lugar en la categoría de poesía del Premio Filosofía y
Letras BUAP 2013.El poema “Cántico iniciático” ganó su inclusión en la novela
gótica Sangre, de la española Clara Peñalver (editorial El páramo, 2010). Entre
sus libros publicados se encuentran Casa de navajas (VO, 2009), Silencios de
agua (IMC, 2009) y Pasíphae (HondaNómada, 2013), Amarga y otros retratos (Sikore,
2015), Catastro [Cuerpo en debandada] (La Cosa Escrita, 2015). Ha sido incluida
en antologías como Descifrar el laberinto 2007 (VO, 2008), 40 Barcos de Guerra
(VO, 2009), Panorama de Poesía Mexicana (2009). Sueño urgente, poesía de
Venezuela y México (La Mancha Editorial, 2010) y Moebius 2010, poetas nacidos
en los 80 (Sikore, 2011), Versos para incitar el vuelo. VI aniversario
(StarPro, 2012), Antología de poetas sobre el cuadrilátero (VO/Linajes
Editores, 2013), Lo esencial de la vida sólo es visible al corazón: Antología
literaria, AMEICAH, A.C, 2015), entre otras. Actualmente es editora de Sikore
ediciones y organizadora del Encuentro Moebius, poetas nacidos en los 80.
Colaboración: Aurelio Macó
Colaboración: Aurelio Macó