Alacranes
se desecan sus blancas
pieles de embrión
carcomen el vientre de su madre
se acumulan sobre su lomo
desgarran las
ropas que han de cubrirlos
cazan sobre suelos arenosos
sus patas escarban imponentes
pasadizos
acechan
las camas de tus
hijos
trepadores miran sus pies minúsculos
pocas
veces fallan al inyectar el sabor del papel
desde una
extremidad descalza hacia la lengua
a mordidas
extraen poderes curativos
de las piernas de tus hijos
los untan en los
cabellos de una diosa
una constelación
les fractura su bondad
exhalan
metástasis acartonadas
hacia tus ojos
hacia tus hijos
hacia tus ojos en los ojos de tus hijos
hacia los ojos de la diosa en el exilio
hacia sus manos curtidas
de tanto lavar los cuerpos de tus hijos
hacia sus cabellos recién curados
alrededor de tus hijos
salvados apenas por la sangre de tus hijos
alacranes sepultan
pesados huesos marchitos
bajo la carne
de tus hijos
Circunvoluciones
frente al espejo
La ciencia ensombrece como sinónimo de hermosura.
El depósito de memorias acusa de necedades a los que
envidian.
Repugna ver en los ojos las palabras,
su velocidad variable,
el paso del yo izquierdo hacia el derecho
/las
cisuras en la corteza
abren laberintos hacia sitios denegados/
en una masa de hemisferios,
la
responsabilidad
de un
organismo que se mueve
no se rasga
por las decepciones.
El mundo se imagina
como un cuerpo al
explorarlo
no se juzga
lo violento por su polaridad
contra
cientos de miradas.
A veces sirve acariciar las sienes para controlar los labios.
Los cuellos
sobre angulosas clavículas desembocan
como útiles embudos
expanden las apófisis de una mujer
gestualizan bridas marionetas entre cada seno
navegan desde las costillas prófugas de tu garganta
/descalzos/
para Miguel
colecciona balanceos en reposo
sus ojos rasgan conversaciones
fistulizan cuerpos
narran vagos ciclos de apetito
la saciedad mordida y entramada
nos encuentra
:
delgados
desbaratados
y neutros
sobre el suelo
la creación del mundo
a partir de los cabellos de una
mujer
las ideas son edificios
flexibles
verticales hacia sus nalgas
una ventana abierta sólo en
ocasiones
sus cortinas
son talladas por estrías
casi hipérboles
hacia el eje de ordenadas
sus poros cóncavos ocultan
tierra entre los muslos
la piel decorada por asfalto
se erige como un poste
y atraviesa nubes de grasa
subcutánea
ella abre las piernas
hilera de cables eléctricos
atados a metálicas torres
en un sistema de energías
paralelas
precipita su sangre
de metálico gancho envuelto en terciopelo
el azul vestido
irritantes locas
ajustan sus alámbricas clavículas
a la caída de una tela
encaje y lencería bajo las faldas
al corsé unidos
sagitales tallas
ejes que el cuerpo esgrime entre los senos
la erosión o emoción de la figura botellainvertida
miro desde el auto
una espalda
la memoria muerde
deja hendiduras sobre las manos aún vírgenes
rasga la piel con tenedores por debajo de la mesa
nadie cree en las buenas intenciones
la memoria prueba que no existen
los buenos modales se infiltran entre las lenguas
como una cuchara
deslizándose
girando
atorándose
entre los dientes blancos
miro sus bocas exquisitas de alcohol
anuncian que la memoria los desnombra
no puede despedazarles
estalla sus copas en el brindis
presienten el vértigo
llama
y no dejes recados a ese oído
extraño
conectado
a nuestros labios
permanece
escucha
a través de retorcidos cables
su respuesta
recorre
miles de nombres
miles de números
la
sección amarilla
entrecorta
su voz
la interferencia
se
entromete
modifica
los sonidos
la comprensión
vuelvan al cerebro los ojos
los
párpados son mantos que abrazan órbitas
nunca reaccionan a la luz
reciben la enmascarada y plástica voz
de
un objeto
Ángeles Dimas
(Saltillo, Coahuila, 1991). Médico interno
de pregrado. Ganadora del Premio de Poesía Joven “Manuel Múzquiz Blanco”.
Forma parte de la Colección de Poesía Aire Violeta de Bitácora de Vuelos Ediciones
con el título “Dificultad es un
review”. Publicó en la 3a Colección de Anzuelos de la SEC y en “La, literatura femenina
visual y escrita” de Tres en Suma Editorial. Su obra aparece en algunas
antologías. Ha publicado
en revistas
como
Luvina, El reporte y
Bitácora de vuelos. Actualmente es miembro del Seminario Permanente de
Formación Literaria “Francisco José Amparán”.