EL
MISTERIO de las cosas, dónde está?
¿Dónde
está que no aparece
para
mostraros al menos que es misterio?
¿Qué
sabe de eso el río y qué sabe el árbol?
Y
yo, que no soy más que ellos ¿Qué sé de eso?
Siempre
que miro las cosas y pienso en lo que los hombres
piensan
de ellas,
Río
como un arroyo que suena fresco entre las piedras.
Porque
el único sentido oculto de las cosas
Es
que no tienen ningún sentido oculto,
Es
más extraño que todas las extrañezas
Y
que todos los sueños de los poetas
Y
los pensamientos de todos los filósofos,
Que
las cosas sean realmente lo que parecen ser
Y
que no haya nada que comprender.
Sí,
he aquí lo que mis sentidos aprendieron solos: —
Las
cosas no tienen significado: tienen existencia.
Las
cosas son el único sentido oculto de las cosas
ME
METO y cierro la ventana.
Traen
el candelero y dan las buenas noches,
Y
mi voz contenta da las buenas noches.
Ojalá
que mi vida sea siempre así:
El
día lleno de sol, o suave de lluvia,
O
tempestuoso como si se acabara el Mundo,
La
tarde suave y los grupos que pasan
Observados
con interés desde la ventana,
La
última mirada amiga puesta en el sosiego de los árboles,
Y
después, cerrada la ventana, prendido el candelero,
Sin
leer nada, ni pensar en nada, ni dormir,
Sentir
la vida correr por mí como un río por su lecho,
Y
allá fuera un gran silencio como un dios que duerme.
CUANDO
YO no te tenía
Amaba
la naturaleza como un sereno monje a Cristo.
Ahora
amo a la Naturaleza
Como
un sereno monje a la Virgen María,
Religiosamente,
a mi modo, como antes,
Pero
de otra manera más conmovida y próxima...
Veo
mejor los ríos cuando voy contigo
Por
los campos hasta la orilla de los ríos;
Sentado
a tu lado observando las nubes
Las
observo mejor—
Tú
no me arrancaste la Naturaleza...
Tú
no cambiaste la Naturaleza...
Me
trajiste la Naturaleza junto a mí,
Porque
existe la veo mejor, pero la misma
Porque
me amas, la amo del mismo modo, pero más,
Por
escogerme para tenerte y amarte,
Mis
ojos la miraron más demoradamente
Sobre
todas las cosas.
No
me arrepiento de lo que antaño fui
Porque
aún lo soy.
TU
SILENCIO es una nao con todas las velas pandas...
Suaves,
las brisas juegan en las flámulas, tu sonreír...
Y
tu sonreír en tu silencio es la escalera y las andas
Con
que me finjo más alto y al pie de cualquier paraíso...
Mi
corazón es una ánfora que cae y que se parte...
Tu
silencio lo recoge y lo guarda, roto, en un rincón...
Mi
idea de tí es un cadáver que el mar trae a la playa...,
y
mientras tanto
Tú
eres la tela irreal en que yerra mi arte el color ...
Abre
todas las puertas y que el viento barra la idea
Que
tenemos de que un humo perfuma de ocio los salones...
Mi
alma es una caverna henchida por la marea alta,
Y
mi idea de soñarte una caravana de histriones...
Llueve
oro mate, mas no afuera...En mí... Soy la Hora,
Y
la Hora es de asombros y toda escombros de ella...
En
mi atención hay una viuda pobre que nunca llora...
En
mi cielo interior nunca hubo una única estrella...
Hoy
pesa el cielo como la idea de nunca llegar a un puerto...
La
lluvia menuda es vacía... La Hora sabe a haber sido...
¡No
hay nada mejor como un lecho para las naos!... Absorto
En
su alienarse de sí, tu mirar es una plaga sin sentido...
Todas
mis horas están hechas de jaspe negro,
Mis
ansias todas talladas en un mármol que no hay,
No
es alegría ni dolor este dolor con que me alegro,
Y
no es buena ni mala mi bondad a la inversa...
EL
POETA es un fingidor.
Finge
tan enteramente
Que
hasta finge que es dolor
El
dolor que de veras siente.
Y
quienes leen lo que escribe,
En
el dolor leído sienten bien,
No
los dos que el poeta tuvo,
Pero
sólo el que ellos no tienen.
Y
así por las vías rueda
Gira,
para entretener la razón,
Este
tren de cuerda
Que
se llama corazón.
Traducción: Miguel Ángel Flores