JORGE JAVIER ROMERO








Las pirámides se construyen desde arriba

Te pusieron a identificar
cadáveres y ninguno
era el tuyo.

La cruz sin santo, el lugar de la sangre de cristo.
Todos con los brazos cruzados.

¿Y qué ves?

“Mi reflejo en esta cara”
Ninguno era el tuyo
hasta ahora.

Tu alarde irónico
no llegará a ninguna parte.
Tendrás que sentarte
con tus pesadillas como
te lo dijeron
tus padres.

Calmar la rabia
que antes te entretenía.
Empezar diciendo
“Ante todo un cordial saludo”.
Abordar el problema.

Si todos deciden morir
ninguno de estos rostros
será tuyo.



Zorba


Zorba encontró un camino entre la multitud.
La única luz en la playa
provenía de los barcos.
Parecía que querían salvarnos
así que inventamos un orígen,
una historia que nos leyeron de niños:
Veníamos del hálito de enormes
descargas eléctricas.

Encerrados sin otro panorama
que el de cabezas en llamas
escuchamos la voz de Zorba:
“Para que puedan errar a sus anchas”
dijo cuando encontró para nosotros
el camino entre la multitud.
Y se tocó la cara
como un verdugo haciendo alarde
de su máscara.




Peligro de suerte

Ya va a venir el día. Ponte el alma.
-César Vallejo


I

Aunque estas mareas yo las he creado
no se dejan esculpir

No me pertenece el ruido y aun así lo celebro
La idea es desprestigiar ese otro sonido:
el elegante ocaso de las palabras
que no se quieren escuchar

Golpeamos el fondo
En la cercanía no hemos encontrado
mucho más que leer

No sé lo que viste ahora que trepas
pero pasarán años
antes de que el mal hecho
llegue a tus manos

Nada de conversaciones
Nada de sobrevuelos a la memoria
Los dibujos del tiempo ahí no cobran vida

¿Has visto los cortes invisibles del mundo?
¿Lo que hacemos en medio de todo eso?

Aquellos por quienes aprendí estos trucos
no están aquí para verme


II

El futuro decreta la belleza de las cosas
La torre rompe sus alas
Las paredes sin terminar predican algo más extraño
Las verdaderas partículas que nos alimentan
El optimismo
La cura a las necesidades del horror

Fragmentos así de las mareas y los cuerpos
con silueta y sin persona
buscando con una duración insólita e invisible
el curso de la imaginación
los senderos impacientes por perderse
la consideración más sublime de la fuerza que creí extraviada

Hay ritmos incalculables de la duda
Primeras cruces a la vista
Los pensamientos: azares a punto
de mostrarse

Sentado en la acera
observé que me miraban desde una ventana
Me pregunté si veían lo que yo veía
El moho
Un hombre que caminaba de espaldas
contando la mañana correcta
el futuro correcto
pero sobre todo
momentos que había olvidado


III

El juicio es también un solitario
La noche en la cara de lo que nunca entenderé

Conozco el juego obvio de la franqueza
acercarse silenciosamente
encontrarse en el desconocido
con su huella ya en el propio tiempo caído
gritándose desde lejos
cobardes

Iban deslizándose los ladrillos
Nos desentendíamos

Ahora nos llevamos cada vez más abajo
donde la sombra vuelta del día
marca la silueta de los escombros

Hay cosas que se me escapan

Las lenguas, los sueños
que se han revelado



Las esquinas

Un niño juega dentro
aprende la lengua de los insectos
No tiene que crecer
ya hay suficiente vida en el suelo

Desde la terraza
sólo puede ver las esquinas de afuera
las que apuntan

Baila en vestido
Esta es la obra improvisada
Cubre las huellas, vuelve a respirar

Recuerda que al salir debes cargar los escombros de esta isla






  
Jorge Javier Romero (Caracas, 1993). Es matemático y traductor. Es autor del plaquette ...y el mundo cerrará los ojos un segundo para dejarme esconder y el poemario nadie se esta quejando, que recibió mención honorífica en el Concurso para obras de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores en 2015. Parte de su trabajo ha sido publicado en las revistas Digopalabra.txt, Tres pies al gato, Canibalismos, La Presa, Turbia, Poesía desde Valencia. Co-edita la revista digital de cine El tren en marcha. Reside en México.


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