Mere Echagüe: «Aprender a leer y releer todo el tiempo a una sociedad que no cree que yo ni ninguna otra mujer merezca los derechos que reclamamos es muy difícil, pero se aprende. »






¿Por qué te volviste feminista y cómo se fue dando este proceso?

Conocí al movimiento feminista como tal hace algunos años, cuando empecé a hablar del aborto a raíz del embarazo no deseado de una persona muy cercana a mí. Recién ahí empecé a indagar y pensé "ah, entonces lo que yo soy es feminista"; por momentos pensaba que estaba loca, o por lo menos totalmente equivocada. A partir de ese momento empecé no solo a indagar en el feminismo, a identificarme con muchas cosas, a cuestionarme muchas otras, y ese proceso lo caminé acompañada de amigas hermanas con las cuales empezamos a darnos cuenta -y todavía- de lo mucho que falta para ser realmente libres, entonces la lucha debe ser incesante.

Dentro del panorama literario, es evidente y se ha habla constantemente de machismo dentro de los recitales. En Argentina, ¿De qué forma se produce este hecho y cómo se lo ha combatido?
A mí me ha pasado varias veces en el ambiente literario -reducido, en mi caso- de identificar comportamientos que me parecen horrorosos. Pasa en los recitales pero también en talleres, en ferias. Aún no se lo ha combatido, pero sí muchas compañeras poetas nos empezamos a organizar, a hablar entre nosotras: empezamos a ver más allá de todos (los hombres) y empezamos a vernos a nosotras como pares. Hay un grupo de poetas organizadas que se llama Poetas por el Aborto Legal que armó una movida muy piola y publicó un poemario durante el debate por el aborto legal, seguro y gratuito durante 2018 en Argentina.  Sabemos que no lo vamos a combatir de un día para el otro, pero es importante que se visibilicen esas prácticas machistas y organizarse para empezar a pensar cómo combatirlas.

¿Cómo ves el panorama feminista dentro de Argentina?

Es un movimiento enorme y hermoso que me emociona hasta las lágrimas. Veo mujeres increíbles que le ponen voz, cuerpo, fuerza a esta marea que es arrasadora y que no se detendrá. Creo que el panorama feminista es favorable porque, primero, está lleno de amor, pero además sabemos que nos falta mucho por cambiar, por repensar, por cuestionar, y eso es un motor que nos hace seguir luchando, aunque lleve años y años, por todo esto en lo que creemos.


Sobre el tema del aborto, ¿Qué posición tienes tú?

Estoy a favor de la idea de que cada mujer pueda decidir sobre su cuerpo. Pero creo que el eje de la discusión no es saber qué pensamos algunxs o en qué creemos; importa lo que les pasa a miles de mujeres en el país, obligadas a hacer con sus cuerpos cosas que no quieren, obligadas a parir hijxs de sus propios violadores, u obligadas a morir por abortos clandestinos (o ir presas por habérselo realizado). Aún es mucha y son muchas la(s) violencia(s) que sufrimos las mujeres, pero amén de las creencias personales, religiosas o morales, el Estado debe responder como tal ante la creciente cantidad de casos de abortos seguidos de muerte que se realizan las  argentinas, sobre todo las de las clases más bajas, en la clandestinidad y en situaciones sanitarias deplorables.

5. Cuéntanos en qué eventos te has involucrado como militante del feminismo y qué experiencias te han dejado estas vivencias.

Tengo dos trabajos: por un lado, formo parte de la editorial independiente Modesto Rimba, en la cual además de ser parte del equipo de trabajo, soy feminista. También trabajo en un medio de comunicación comunitario llamado FM Boedo, en el cual además de ser operadora radial, soy feminista. También soy la vecina de alguien, la hija, la hermana, y soy feminista. Es un movimiento tan apasionante que es difícil ser feminista y seguir involucrada en cuestiones que no lo son. Participé de lecturas y de antologías (una de ellas, Liberoamericanas, es una antología de 80 mujeres poetas de Iberoamérica que se publicó en 2018) y nunca se deja de lado la lucha. Se lee y se es feminista, y se deja el micrófono y se sigue siendo feminista. Las experiencias son casi siempre de aprendizaje: aprender a comprender a unx otrx que piensa distinto, por qué, con qué fin, en qué contexto. Aprender a leer y releer todo el tiempo a una sociedad que no cree que yo ni ninguna otra mujer merezca los derechos que reclamamos es muy difícil, pero se aprende. 

¿Es necesario el feminismo en la poesía?
No sé si es necesario en la poesía, pero sí en las poetas. No conozco a una sola mujer que crea que antes de reconocerse feminista escribía mejor, o se sentía mejor; yo creo que nos hace mejores personas, tal vez eso se refleje en la producción, tal vez no. 

¿Formas parte de algún colectivo feminismo o de poesía?
Formo parte de una organización política que milita el feminismo y defiende los derechos de las mujeres y disidencias.

Qué autoras y poetas mujeres recomiendas como lectura imprescindible.
Gioconda Belli me iluminó la cabeza y me cambió la forma de pensar algunas cosas. Margarita Roncarolo me cagó a piñas de poesía totalmente fabulosas. Ambas me enseñaron que está todo bien con escribir de otras formas y sobre otras cosas, y eso es enorme.

Coméntanos en qué nuevos proyectos estás trabajando actualmente.
Hace poquito más de dos años publiqué mi primer poemario, Canción de aire, y ya estoy masticando la idea de armar algo nuevo. Habiendo pasado tantas cosas en materia política y social en tan poco tiempo, siento que soy otra Mere, distinta, y ella también tiene cosas para decir. 
Por otro lado, la situación en Argentina está muy complicada a nivel económico (a muchos niveles, en realidad) y entonces empiezan a aparecer trabas que hace algunos años no eran tales. Lo bueno es que a una no le pueden quitar las ganas de escribir, así que mientras me mantengo activa con el ejercicio y el trabajo de la escritura, busco la forma de poder concretarlo a pesar de todo.




Sobre la autora:

Mere Echagüe: Nació en el año 1987 en Posadas, provincia de Misiones; vive en Capital Federal desde 2011. Es feminista, hincha de Boca y traductora literaria de inglés. Empezó a escribir poesía en la adolescencia y en 2013 participó por primera vez en un taller de escritura creativa, donde empezó a gestionar en silencio su primer libro, Canción de aire (Modesto Rimba, 2016). Participó en las antologías Liberoamericanas, 80 poetas contemporáneas (Liberoamérica, 2018) y Hay palabras alrededor de este cuerpo. Poemas por Santiago Maldonado (Mi gesto pank, Subpoesía, Rama Dorada, 2018). Fanática del mate, de Eva Perón y de dormir la siesta. 


Colaboración: Sara Montaño Escobar















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