SERGIO ERNESTO RÍOS

las corporaciones de telegramas no son larvas dóciles

le dije al Sr. Cavatumbas
los niños zombis aman a las tortugas
deslizándose en sus jugos gástricos

entierra mi corazón en Varsovia

le dije al Sr. Cavatumbas
sólo si fuera convidado a un día de campo
en el jardín selenita

entierra mi corazón en Varsovia


mereces la ciencia ficción

la gracia prudente
de una reservación
de asientos eyectores
observados en un cuenco de cristal

en el desamor
que viste un kimono de luces plateadas
y rastros de paracaídas

medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales
medusas o pulpos o flores verticales


esta canción se llama lo que pido de ti

un catafalco alumbrado por moscardones que se derraman como un largo eclipse
eso que existe en una corona de oscuridad
la cabeza en el mástil
los pies sobre los vidrios
árboles que sacuden pequeñas cimitarras
tiza celeste
el libro en que repruebas la misericordia del elefante africano
la tierra plana
la sombra instrumental por el jardín ceñido


VI

No records tell how or when
London fell into Saxon hands

mi hermano se casaba
estábamos en el puerto
algo alcanzó a decirme:

“los palacios de escoria y encajes
el salón está desierto
y revestido de espejos”

un mirlo iría pausado
un malabar un tumbo aquí
un mirlo iría violento
sin ordenar a la madera
un vaivén un cautiverio

siguen las manos
qué vagos cerrojos

un rectángulo tres rectángulos
por decirlo de algún modo

el otro día soñé
una estación de trenes
en el oeste en Eleusis
una estación vacía
y en los durmientes
se podía leer:
18 de mayo de 1935
una mujer llegaba
tenía una sonrisa tosca
su vestido era opaco
como un paraguas viejo
no era mi madre
y me decía que era la fecha
en que Aeschylus hijo de Euphorion
(his name was Euphorion)
sirvió en las guerras de Artemisium
y Salamis
 (and once again Aeschylus saw service
fighting at the battles of Artemisium
and Salamis)


quiero ser original

saltar los endimiones
los dicotiledones
los dípticos egipcios
los tableros con cabezas de rinoceronte
correr por donde apuntan sus hocicos

como soy un gran artista pido los mayores decibeles

yo me entiendo:
levas micotelepáticas
lapos frigomesiánicos





Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Publicó Quienquiera que seas (FOEM, 2015),  Obras Cumbres (Bongobooks, 2014),  La czarigüeya escribe (Editorial Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas y Muerte del dandysmo a quemarropa (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2012). Tradujo Droguería de éter y de sombra (Palacio de la Fatalidad, 2014) de Luís Aranha, Paranoia (Palacio de la Fatalidad, 2013) y Voy a moler tu cerebro (Red de los poetas salvajes, 2010) de Roberto Piva, y la antología de poetas brasileños nacidos en los ochentas, Escuela Brasileña de Antropofagia (Kodama Cartonera, 2011).  Trabaja en la librería Mi Primer Día en el Salón de la Fama.

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