SOTAVENTO
No
cortará mis cabellos
ni
la yugular
Llora
frente a la TV
y
la neblina en su mente
la
neblina en la calle
o
esa otra que se sospecha
del
otro lado del MSN
le
impide ver que en esta ciudad
los
héroes sufren
de
histeria femenina
y
de la hirviente esclerótica.
Ella
me espera
Con
mano hecha de ojos la toco
No
sabe nada de la mano que dibuja
un
puñal en el aire y no una casa
donde
se acostó con una mujer
y
recibía mis llamadas sofocando la risa.
AVENIDA
Estoy
desnudo
Una
pelota es lanzada
violentamente
hacia
esta esquina.
Nadie
vendrá a recogerla.
Lo
de la pelota lo inventé
pero
que nadie vendrá
Es
cierto.
Estoy
desnudo
con
un cartel colgado al cuello
que
dice
«Estoy
desnudo»
EXTRAMUROS
Cuando
la luz te sorprenda
en
la cama
articulando
una melodía que
viaja
hacia la derecha y
otra
que viaja hacia la izquierda
busca
desesperadamente
la
ventana
como
gallo denso
que
escapa de la tierra
derramándose
en la pared
como
proclama
«Dolor
y ojos en la memoria».
ZONA DARK
Yo soy
Billy the Kid
Luis
Hernández
Billy
the Kid ha vuelto
con
genitales estropeados
y
corazón casto.
En
tarde antediluviana
compra
dulces
en
la tienda de la esquina
pero
en la voz de los niños
ya
no trajinan párvulos ángeles
agitando
el fúlgido ardor
de
las armas
menos
cacerías de sombras
sino
brevedad de ojos
óxido
y descomposición
de
imágenes
bajo
turbio sol de enero.
El
agua estremece al agua.
Billy
the Kid, ladrón de bancos
eleva
su delicada arma
como
otro brote más de la tierra
hacia
oriente
manchado
de verdes cascos
Verde
ESPACIO EN BLANCO
Dios
en forma de un hueso rojo
me
habla desde allá
donde
el otro que no seré
eleva
su cometa en la inmovilidad
de
la infancia.
Me
habla desde allá
donde
el otro que no seré
lanza
una esfera líquida
hacia
atrás
sobre
el abecedario
lo
más lejos posible de su piel.
Lanza
una esfera rupestre
también
hacia atrás
pero
ésta demora en dejar caer
su
sombra
y
va a saludar a papá
blandiendo
una espada de aire
y
clavándosela en el corazón.
A
Dios en forma de un hueso rojo
lo
lanzo y vuelvo a encontrarlo
desde
hace mucho.
Intento
lanzarlo una
y
otra vez
por
encima de esta duna.
Es
imposible.
Quizás
su polvo y el mío
sean
materia de un mismo principio.
Ahora entiendo lo que decía Dios
en
forma de un hueso rojo
«Al
recuerdo y a la duna
el
viento demora en deshacerlos».
Juan Zamudio. Arequipa, 1980. Estudió
Literatura en la Universidad Nacional de San Agustín, Arequipa. Publicó el
poemario Continuidad de los alfiles, 2009.