GERALDINE MAC BURNEY JONES


    


      

     3.
     Todo lo que queda – y lo que no–
es lo que somos.
Y a menudo dejamos en el olvido
mientras el cielo se va cerrando
y sin darnos cuenta
los días pasan
con sus ojos de vidrio
y su cuerpo de acuarelas.
Me asomo a la ventana
y un campanario derrama su voz
de agua en la meseta.
Más allá un estrépito de pájaros
acomoda su vuelo en el viento.
El pueblo está más lindo que nunca.
Los jardines se despiertan
lentamente del letargo.


Hypnopaedia

No son las muñecas vudú con listones de alfileres en sus espaldas
ni la impericia de derramar saleros
ni la puntual congregación de lechuzas afuera de casa.
No son las líneas de estas manos
ni los dígitos de nombre y natalicio
ni copas dadas vuelta evocando invisibles.
No son cartas ni runas
ni calendario maya, ni ratas chinas ni centauros
que marcan su señal en mi alborada.
Nada de esto preside mis días.
Es el mismo rigor uterino
que desteje soles con guantes de luna,
señala el ocaso de los pájaros,
escurre fauces de cielo,
avienta la tierra con besos de agua,
circunda de luceros la oscuridad de tanta piedra transitada.
Ese mismo rigor,
traza este apetito incesante de acunarte,
juega a postergaciones de arena con tu nombre.
Mientras
me desgajo como carne de res.
Las heridas que me cruzan se agigantan.
El cenit de la espera, éste cielo crucificado, mi vientre.

XVII.
El mundo duerme hasta su cicatriz,
duerme, el mundo duerme,
para no saber de qué turbulencias
está hecha su carne.
Pero el reverso de los ojos no miente.
Porque herida sobre herida es ardor.

·       
GARMON / BLACK MOON – WILCO
I.
Aquí el sol no acontece. Un arco iris tiembla desde la tierra. Por la mañana la bruma visita a los corderos, se acuesta entre robles y con sonrisa de otro mundo jura detenerse.

II.
Él sale a cazar mi orfandad a las colinas azules.
Orbitante se estremece.
Me pregunta si los dioses existen
y abovedo preguntas más vastas que la noche.

III.
Es el río. Con su lenguaje espiral de reino antiguo.
A veces recuerdo algunas cosas. Pero sopla el viento.
Se desgajan las piedras y Dios galopa muerto.


GERALDINE MAC BURNEY JONES nació en Gaiman, Chubut, en 1984. Realizó estudios en la Carrera de Medios de Comunicación en la Universidad de Bangor y es abogada por la Universidad Católica de Córdoba. Publicó Vestal de luna (Editorial Tela de Rayón, 2012) y Canción para un alma en vilo (Editorial Espacio Hudson, 2018). Integra la antología “Patagonia Literaria VI. Antologia de poesía del sur argentino” dirigida por la investigadora, poeta y docente Luciana Mellado -Universidad De la Patagonia San Juan Bosco- y coordinada por Claudia Hammerschmidt -Universidad Friedrich Schiller, Jena, Alemania-. Su obra ha sido difundida en prestigiosas revistas de Literatura: Circulo De Poesía -Mexico-, Vallejo & Co -Peru-, Analecta Literaria - Argentina- y en medios locales. Obtuvo una especial distinción en el Concurso Internacional de Poesía Feile Filiochta Dun Laoghiere, Irlanda, por el Instituto Cervantes con sede en Dublin (1998), Corona del Eisteddfod del Chubut, Plaqueta del Senado de la Nación (2009), Corona del Eisteddfod de Trevelin (2014). Reside en el país de Gales.

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