CRISTOPHER YESCAS








aniversario
a diana y su luz


hoy escuché morir a un hombre
amor mío
escuché en realidad primero muchos ruidos de sirenas
rojas azules excitadas llenas de sangre las luces de las patrullas
que pasaban cerca muy cerca de mi casa
y no pude pensar en otra cosa que no fuera tu cara
en tus ojos que pueden salvarle la vida a un pobre diablo


vine aquí ayer y me di cuenta que el mundo es malo
que las personas sufren
y para distraer al sufrimiento
le pican el costado a quien se deje
amor mío es todo un círculo vicioso
ábreme tus brazos
envíciame
hagamos nuestro círculo
para romperlo


con tus ratos de mística y tu elevado espíritu
al que le da por volar de rato en rato
quiero llegar hasta una playa fría que mi piel resista
cuando estemos allí           niña               cuídame de las olas
no sé contenerme ante la belleza
solo en ti deseo morir ahogado


subí y subí y subí sin cansarme llegué a tu casa
te tomé de la mano y  dije corre y corrimos los dos
y seguimos bajando y bajando y no sé a dónde llegaremos
pero no importa


te acuerdas todavía yo sé que sí
de la primer copa de vino
y la primer cara de asco
y el segundo y tercer trago
y la fruta y el dolor y el tiempo
y nuestros labios rojos de la sangre
del otro


nuestro sudor
nos dio vida eterna
gracias al cáliz
en que lo bebimos


nos perdimos una vez que no recuerdas en un campo grande de trigo
y era todo un laberinto amarillo y lento
que se movía apacible a la par de nuestros cuerpos
resignados nos tiramos al piso y fuimos los dos una semilla
que germina y florece diario


nos recuerdan esas sábanas
y ese colchón que fueron blancos
y nos recuerda también
la lavandera


después de insistirles mucho nos pusieron nuestras cumbias
subieron todo el volumen el mundo estaba listo para vernos
todos estaban atentos al primer paso que dieramos y a la primer vuelta
pero tomé tu mano rodeé tu cintura y se fueron todos y el espacio y el tiempo
y el sonido se acabaron


te recuerdo riendo una tarde en tu casa mientras te hablaba de algo serio
de algo muy importante trascendente quizá te explicaba
un sistema filosófico que no entiendo
un poema muy triste de un hombre y su perro asesinado
o  el del hombre que viaja de arriba a abajo
y ríe de Cristo
no importa
yo estaba serio y tu reías
te pregunté qué era tan gracioso tú me dijiste que era divertido
estar
enamorada


es como aquella vez que nos acurrucamos en un parque
nos quedamos dormidos y soñamos tan cerca
que nuestros sueños fueron uno
despertamos los dos tan llenos de deseo que reventamos
y ahora en ese parque crecen árboles
con nuestra cara

No sé si
tengopaísotengodiosotengounhogarmasqueunacasa
Nosési
hay hoy un lugar al cual llegar no de extranjero
N o s é s i s é
como regresar a e s e lugar que me enseñaste un día
No
            me
                        acuerdo
de la ruta la olvidé a drede
Me quedaré aquí sentado toda la noche
esperando por ti
esperando a que tú llegues
y me salves
de mi mismo
Serás como ya eres
mi patria
única mi casa
mi hogar
de aquí de este año
de uno a /’sieN.pɾe/


CRISTOPHER YESCAS (Ciudad de México, 1996) Es estudiante de sexto semestre de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Cofundador y editor de la revista Primera Página en México (primerapaginarevista.com), así como de la editorial de poesía Memorabilia ediciones. Ha publicado poesía y narrativa en varios medios digitales e impresos. Le interesan la vida, la poesía, la música, la traducción, la tipografía, la escritura autobiográfica, la fotografía,el dolor y la felicidad.

Entradas populares

Lxs más leidxs