BRANDON MORAN

Un joven viejo bebido

No tengo la edad suficiente para caerme de borracho
pero si la mayoría para comprar alcohol
conocí a un viejo rabo verde
me dijo como escribir
me enseño que debo follar
drogarme, tatuarme y fumar
leí tanta poesía de el en trusas
y cuando terminaba su estrofa
en mis manos yacía una cerveza
un puro usado y una nena desnuda
amanecía tan seguido pero el cielo seguía oscuro
el sol se iba tan de repente en un pestañeo
nada más me sostenía que la virtud
la virtud de un cuaderno viejo
lo veía tan seguido, tomábamos juntos
me seguía enseñando, sobre la fealdad, éramos feos
iba a su casa, pero siempre que lo veía
terminaba alcoholizado  
hasta que me pegaba la cruda
me levantaba con un libro de el
y me daba cuenta que ese viejo ya estaba muerto


Me tocó lidiar conmigo

Me tocó lidiar conmigo, con mi soledad
con mi cruda cada quincena
con mis exigencias y amarguras
con mi asqueroso aliento y suciedad
me tocó lidiar conmigo
sin tener sexo
sin tener un cuerpo caliente
sin tener dinero para ese whisky bueno
pidiendo cigarros prestados.
En un tiempo estuve mejor
me tocó lidiar contigo
pero ahora tú le bailas desnuda a el
lidie con tu parte de la cama fría
lidie con mis gritos y llantos
pero me tocó lidiar conmigo solo
sin perros ni gatos
sólo esta máquina y un puro usado

La mosca

Volaba por mi taza de café descafeinado
después se deslizó hasta mi caldo de pollo.
Nadaba tranquilamente aun así yo la mirara
por mi cabeza, no tenía ese reflejo común
le pegaba y salía lanzada del lado derecho
se recuperaba y seguía volando encima de mí
me comenzó a susurrar cosas tenebrosas
me dijo que había estado en excremento de caballo
en el de un judío y si fuera poco
en la boca de un político
me amenazó para dejarla tranquila
si no tocaría mis labios
y ahora mi boca sería más vulgar

Estupifrenia

Parte fundamental de mí
cuestionada y oculta entre venenos
bajo piedras de oro, bronce y plástico
entre ojos que no ven más que irrealidades
metido en un motel de 2 estrellas sin mujeres
creyéndome algún súper héroe
quitándoles la estupidez con pablaras para sus pupilas
quitándole el tiempo a un reloj sin pilas, cual me costó pocos pesos
y ustedes, ustedes me hicieron miedoso a la estupidez
porque los veo en cada bar pagando con oro 
                                                                                                      
Libélula
Evolucione a la especie de la resaca
culminando montañas de porquería y mierda
manifestando el glorioso fumo del tabaco
haciendo cenizas el hígado y mí aliento
tras una maquina inservible que proyecta letras
escondido de la sociedad y de mi cuerpo gordo
de las flacas piernas y abdomen saboreado de chicos ricos
yo en una carcancha y ellos en autos del año, “sin licencia”
yo con una uña enterrada y ellos con “pedicura”

No tan distintos

Ver como el gato llora
lloro con el gato
como su dignidad en forma de croqueta
el come esperanzas comiendo mi 
carne
veo soledad durmiendo en su cama de periódico
el ve sueños y compañía durmiendo en mi colchón
pero el sigue llorando
pero ahora estoy feliz

¿Quieres mi sangre en una copa?

Una buena comida clásica
huevos, frijoles y pan tostado
una servilleta bien doblada
unos cubiertos de plata brillosos 
una navaja para abrirme alguna vena
y con el mismo jugo servirte un buen vino tinto
sin ansias lo beberás al fondo y te golpeara
en tu llanto de niño, en la columna del mojigato
en las raíces del cuerpo fino o gente fina
con alguna purificación de la mente asqueada
sea por el sudor del obrero o se hacen los ofendidos
cual música relativa, violín o piano
todo lo contrario de una guitarra sonando a madres
ahora el vino es blanco y espeso
o ¿será su saliva? por decir tantas babosadas



Mujer en tacones cortos

Es fácil ver bailarinas en un tubo
pero es difícil ver sus vidas tras esa poca ropa
sus lágrimas o puede ser que sean felices
simultáneamente te conmueven una excitación
pero esa no es su intención, su intención es
por poco o mucho, que le des dinero
unos billetes verdes, para comer o comprar
tacones de alta postura o tacones cortos
aunque si sale una mujer de tacones cortos
los hombres la van abuchear por baja estatura
a mí me encantaría, a ellos no
por eso nunca veras tacones cortos
sólo en la calle con mujeres para enamorarte


Brandon Moran, poeta (Guadalajara Jalisco en 1997). Su carácter es peculiar, tímido y a veces solitario, bebe y fuma más que su propio padre, quizá sea por joven, como se dijo, alguien solitario quien ama el “realismo sucio”, por otros lados no obstante, invierte su tiempo en escribir poesía y relatos cortos, basándose en su entorno y teniendo experiencias, sin llegar a matar, pero si matar sus textos. No es muy fan de muchas culturas, aunque si del arte. Su cara fría y su vestimenta tan casual que pasa desapercibido. No se cree diferente, pero siempre dice que fue creado por otro dios.   




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