MAURICIO RODRÍGUEZ

APÉNDICES I

I.
escribir es mover cajas
de un lado a otro
sobre un cuadro orlado de parches
ponerse los zapatos en las manos
también
andar a gatas por la calle principal
conocer pirámides y signos
gatos sin cabeza
la imagen de un hombre
hecho de levadura
todo es lo mismo y coincide
al recordar
la última ceguera
de todos los apéndices
recuerdo:
el dolor es una fábula
también sobre el silencio

II.

Todos los trazos del mundo
coinciden:
se forman las  imágenes.
Pedazos del mundo
suficientemente alejados de
 cualquier pronóstico verbal
Ya estás los cementerios
 repletos  de ambulancias
Los ríos alemanes
abiertos
como un esqueleto derretido
Hablamos y traducimos
pensamos en las yemas,
en los dolores bisiestos
y apéndices sonámbulos
Pero ¿cómo padecer?
encontrar un dios con prótesis
enterrado en la playa con  un libro:
fantasma de hielo
pienso en mi nombre
cuando observo las palabras en las  cuevas

Das Boxende Känguruh

1.
Enjoy it as i did
Una escritura detrás de agujeros
caminar de espaldas hacia el vacío
y cerrar los ojos
La dentadura de un vampiro
parece un buen pretexto para escribir
mas no definir
las fronteras del sentido
¿dónde están las cosas?
acercarse al nido de los gnomos
pensando que el sonido es algo
 posible de ordenar 
la sonrisa está desvanecida  /sobre las manos de los ciegos
el oro de los mudos, pienso,
o la felicidad  de  tener algo que contar

APÉNDICES II

Hablé un rato con dios,
sobre su peluca,
acerca del corazón de su pie
y sobre como me comi  a mi novia
Hablamos, es cierto,
antigua ciudad imaginaria
dos islas fantasmas
en la yema traducida sin sentido
Acrobacias de monos con alas
/la conciencia es distancia entre dos objetos,
movimiento de los nombres en la orilla del cerebro
Siempre las cosas están
suficientemente alejadas del mundo:
 alma, sebo y lenguaje/
Encontré a mi gemelo
en la orilla de una cuchara

EPÍLOGO

El poema funciona de esta manera:
3 monos del zoológico
 uno sobre otro
dentro de una gabardina
cada uno
dispuesto a disparar y volarte el cráneo
El poema es un acto de ira,
de desprecio por las cosas
Hacer un poema
 es medir con los ojos
las distancias del sonido y las palabras
del deseo con las pastillas




Mauricio Rodríguez. (San Luis Potosí. 1996) Estudiante de psicología. UASLP. Asiste al taller de “Creación Poética” en el CEART. Actualmente lee más narrativa que poemas. Le gustaría ser detective de homicidios o cualquier cosa que involucre desvaríos. 


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