La siguiente selección de poemas se
realizó de la muestra que hizo Jorge Posada para el número 53 de Punto en
línea.
Maletas
Cada vez que tengo que hacer la
maleta, me sorprendo doblando la ropa tal y como tú me enseñaste.
Mensajes en el contestador.
Vivo solo.
Aunque a veces, en el trabajo, marco
el número de teléfono de mi casa.
Y pregunto por mí.
Cosas que me
sacan de quicio
Que en el supermercado sea yo la
única que se ponga guantes para coger los tomates
y la fruta.
Las espabiladas que intentan
colarse.
Que el gilipollas de turno me
pregunte si me ha gustado.
Tener que depilarme las axilas.
Ir a ducharme y que no haya agua.
Haberlo organizado todo y que mi
jefe me desbarate los planes en un minuto.
Que algún imbécil me suelte lo de lo
nuestro no puede ser porque eres mucha mujer para
mí y tú te mereces algo mejor.
La regla (cuando viene).
La regla (cuando no viene).
Estar continuamente a dieta y que ni
se note.
Los pelos en la bañera.
Los pelos en la cama.
Los pelos.
Seguir viviendo con mis padres.
Que un tío en la discoteca me
pregunte la edad que tengo.
La cara que pone cuando se la digo.
Quemarme la lengua con el café.
El pestazo a tabaco en la ropa.
La resaca de los domingos por la
mañana.
No acordarme de nada de lo que hice la
noche anterior.
La talla de mis pantalones.
Que todavía me salgan granos.
Mirarme al espejo y preguntarme para
qué coño voy al gimnasio.
Salir siempre en las fotos con los
ojos cerrados.
Estas tetazas que tengo.
Que los novios de mis amigas me las
miren cuando ellas van al servicio.
Mi nombre.
Los cereales con fibra.
Los cereales bajos en calorías.
Que mi madre me repita cada dos por
tres que, como me descuide, se me va a pasar el
arroz.
Saber que encima tiene razón.
Las oposiciones.
Los anuncios de cremas contra la
celulitis.
Cumplir años.
Ser incapaz de dejar de echar de
menos al cabrón de Miguel.
Conducción
nocturna
Dicen que de noche lo mejor es
guiarse por las líneas de la carretera.
Que basta con seguirlas.
Sin embargo, no sé, aquella vez que
me llamaste de madrugada para pedirme que fuera a
tu casa.
Porque tenías algo importante que
decirme.
Porque no podías dormir.
Sí, cuando me confesaste que te
habías enamorado de otro.
(Seguramente serían figuraciones
mías.)
Pero entonces tuve la impresión de
que había más curvas que nunca.
El detector de
metales
El detector de metales no distingue
entre un tesoro y una bomba.
Altura
Ejemplo de relativismo: las montañas
más altas están bajo el mar.
Identidad
Durante años, la ropa que me he puesto
la he heredado de mi hermano mayor.
Mi nombre me lo pusieron por mi
abuelo.
El primer coche que conduje era de
segunda mano.
La primera mujer que me besó ya
había besado a otros.
La casa en la que vivo es de
alquiler.
Todo lo que escriba ya lo habrá
escrito alguien mucho antes y mucho mejor.
El hermano de mi hija no es hijo
mío.
Su padre hace como si no lo fuera y
quien no es su padre se esfuerza por aprender a serlo.
José María Cumbreño
(Cáceres, 1972). Ha publicado los poemarios Las ciudades de la llanura (ERE,
2000), Árbol sin sombra (Algaida, 2003, Premio Ciudad de Badajoz), Estrategias
y métodos para la composición de rompe-cabezas (El Bardo, 2008),Diccionario de
dudas (Calambur, 2009), Breve biografía apócrifa de Walt Disney (Algaida, 2009,
Premio Alegría / José Hierro),
Genealogías (Luces de
Gálibo, 2011), Made in China (De la luna libros, 2013) y, en Portugal, la
antología bilingüe Teorías da orden (Edições Sempre-em-pé, 2009). Es también
autor del libro de relatos De los espacios cerrados (Fundación José Manuel
Lara, 2006, Premio de Narrativa Breve Generación del 27); del ensayo literario
Retórica para zurdos (ERE, 2010); así como de los diarios Límites y
progresiones (Baile del Sol, 2010) y La tempe-ratura de las palabras (La Isla
de Siltolá, 2013). Esa misma editorial publicó en 2011 una antología de toda su
obra con el título La parte por el todo.