¿DE QUÉ LADO ME ACUESTO AHORA?
¿De
qué lado masca la iguana?
Se preguntaba seriamente Sócrates José
¡Qué importa!
Dijo Aristóteles Ramón
Ya no hay misa de seis
Exclamó Quico Niches
Me dijeron que
Me duerma del lado derecho
Del cuerpo, no de la cama
Qué para que no se
A-pu-chu-rre
El corazón
Yo venía manejando la
Acostada del lado izquierdo
Para hacer la digestión
¿y ahora quién diga
Que me explique
Quién tiene la razón?
Pues el mundo
Dijo Hegel
Y lo mandamos al cuerno
Por ser alemán
PUTO
EL QUE
LO
LEA,
Nancy y Juan
encerrado
en un
corazón
más cercano
al
aserrín que a
los
pulmones.
Un
pene gigantesco
esperando
las nalgas
del
distraído,
que
se guarece
igual
que un
tigre
entre el
pasto
alto,
que
una quijada
oxidada
de acero,
entre
la hojarasca
para
matar a
un
muchacho de
pena
y de
canciones
improvisadas o
mochilazos
a la
salida.
UN CHOFER DEL TRANSPORTE
PÚBLICO
El
conductor del tren ligero tiene un espejo cuadrado y enorme colgando en cada
estación
siempre
más grande que su cabeza
para
rascarse la barba, para medirse el mentón
la
nariz
las
orejas
los
vellos que acarician el tímpano
y
hacer una bitácora de qué tanto han crecido
El
conductor del tren ligero mira el espejo que está en el extremo de cada
estación
siempre
más grande que la distancia entre el suelo y nuestras rodillas
para
asegurarse que
a
nadie se le caiga su helado
su
hija pequeña
su
pañuelo, su bastón
Para
mirar que a nadie le simulen un auténtico guillotinazo francés
en
su brazo, en una pierna, en su mochila rota, en su periódico que cubre unas
tijeras de jardinero,
ora una pala, ora un cepillo carpintero.
Si
ahogamos el tono poético:
el
espejo es un simulador de dios
dónde
él ve que todo está bien
que
cree que alcanza a ver por todos
Me hace falta un espejo, cuadrado,
enorme, de bolsillo
de repente mirar a los que están
atrás
buscar que todos finjan una sonrisa
ver por quién les ayude a recoger su
cabeza
ya que todos saben que dios no puede
regresar
sólo lo hace cuando ya está roma la
navaja de la guillotina
Luego
de que cayó alguna o dos cabezas a punta de golpes en lugar del corte limpio y
elegante.
Daniel Orozco, Estudiante de la Licenciatura en Filosofía. Escritor.