Pamplona, junio de 2019
siento comunicar que por motivos personales. lamento tener que anunciar que debido a problemas de salud. me pena. por desgracia. se suspende. se aplaza. se pospone hasta fecha indefinida. la lectura
el taller
el recital
la vida.
…sobre la brumación de las tortugas –investigo/devoro–. la dormancia…
ovillaría-me. tierra abajo. durante… hasta que el frío.
el frío sin final.
metabolismo. conciencia en suspensión…
dormir-tal-vez-soñar… ¿con qué un lución o un sapo?
ruido papel de arroz. un crepitar vacío. sin color.
granulada textura de olores empapados.
brumación. hibernación. diapausa
de reptiles. mamíferos. insectos.
insectos hasta. incluso... …tan hiriente la ofensa.
tan absurda. esta desprotección. piel hervida. a este lado y al otro.
nervio-anémona abriendo sus tentácilos –riendas que deberían– desbocado.
le enseño a la doctora la tabla que me pidió sobre el dolor. durante una
semana, cada día, he apuntado un número que indica la intensidad de este.
lo escalo de 1 a 10. el cinco es una muga. una piedra que marca una frontera
entre arrastrar un fardo o bien ser arrastrada como un fardo.
la arrastrada/ se limita a barrer/ el suelo con su raja/ es una llaga
al aire/ parabólica.
el papel con la tabla tiene un fondo rosado, con cerditos de estética kawaii.
pertenece a un cuaderno que me dio mi sobrina. ¿es patético, irónico o solo
inconveniente? me da algo de vergüenza recogerlo. evidencia mi vida
inapropiada, sus continuos detalles disruptivos, sus sobacos sudados.
la doctora desvía
una mirada incómoda.
pienso, en el autobús, en esta historia mía mal pulida.
nunca un todo afinado que pueda conceder el rango de solemne a situación
alguna. siempre a punto el chirrido. el reguero de baba. la punta de la astilla.
temo las tardes –me hundo al ritmo
del sol–.
temo al miedo. a su infernal poder
de martillo neumático. me centro en otras
cosas. trato de. retiro el
combustible. guardo los alimentos. me distraigo. lo
ignoro. trato de. trato de.
me escaldan piel y mente.
trattoode-trrrrraaatode.
trrrrraaaaaaatttttttt…
…trrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrra….
inflamada carcoma entre labios y hueso.
urdindu: azularse. o sea envejecer. o sea enmohecerse.
así lo mismo moho, epidermis, cabello.
tender hacia el azul. sentir azul. sentirse.
aunque azulee mi cuerpo. no me impregna el azul. porque aprieto los ojos.
soy puño. allá donde no hay cielo. ni luz que se desplace. hay un bolsillo hosco.
rascaduras que vibran. un útero de pieles mal curtidas. carne reverberando
Urdindu, en euskera: «envejecer, enmohecer, encanecer». De urdin: «azul».
I
pensar en el suicidio como único sedante –yo armadillo pelado. ovillo de la
cama. cama como una arruga genital– la muerte frente a mí rasgando una
escotilla en la pared. hermana compasiva. me palmea en el lomo. susurra:
ves, ¿lo ves? estoy justo aquí al lado. no te inquietes.
tras el huevo secreto –no debe pronunciarse. es un pálpito amorfo– no intuyo
oscuridad. ni luz. y por eso se trata de un escondite idóneo. cuando mi cuerpo
calle. se apacigüe. me olvidará el dolor. este untuoso parásito que intentan
convencerme de que es mío.
II
y aun así, el lagarto escondido negando con su cola. ese anhelo no es
tuyo/todo tuyo. lo palpa con su lengua. su lengua descompone una química extraña. moléculas ajenas. invasoras.
me llevará semanas descifrar su mensaje. dejar el orfidal. recuperar
–despacio– una medida íntima. humanamente mía. del dolor. y mi fuerza.
en cuanto abro los ojos, mi primer pensamiento es para él. lo contemplo dormir
–aguantando el aliento– como a un recién nacido. como a un recién nacido que
me intuye. y entonces se despierta –un engendro de púas venenosas– para
llorar con rabia. cada puto minuto de mi día.
nada miro. con más prolijidad. con mayor atención. que mi dolor.
siento cómo traslada. gradualmente. un tercio de su peso. un poco
más al centro. de la ingle a la vulva. cómo de pronto suena
en un tono más púrpura. más pulso que rumor. más alfiler que uña.
ojos petrificados por la hipnótica espada de Gorgona.
ni pájaro ni flor en este mundo sometidos a examen
más exhaustivo y huero.
Sobre la autora:
«Regina Salcedo (Pamplona, 1972). Autora de paciente cuidado de sus textos, comenzó a publicar poemas en los años noventa, pero hasta décadas más tarde no apareció su primer poemario, Icebergs (2014), al que siguió Protagonistas (2015), junto con varias novelas juveniles. Su último libro, Mujer varada (2018) fue incluido en la lista de los diez mejores poemarios de ese año por la prestigiosa librería Letras Corsarias. Rigen su escritura el desasosiego y un espíritu inconformista. Trabaja la precisión léxica y la capacidad de resonancia de cada texto, siempre con un pie en el abanico de poemas como conjunto y otro en el desarrollo narrativo. Así, con un verso frío pero doloroso, toma la asepsia como distancia para poder hablar de nosotras mismas sin caer en la autolamentación o la complacencia.
Sus poemas horadan un espacio de reflexión y de indagación para nombrar aquello que, desde la exclusión patriarcal, es silenciado y menospreciado.»
Fuente: Editorial Marisma
Colaboración: Sara Montaño Escobar