Ericka Deyanira Ovando

 



Sucesión I

Ayer por ejemplo descubrí que la vida era una palabra,

que una palabra era tan sólo un sonido,

que su sonido pretendía trascender en el tiempo

pero se convertía una y otra vez en una imagen borrosa.

 

Ayer por ejemplo me dictaron la palabra matices

casi como el sonido del golpeteo en el agua,

desmenuzaron en un segundo la palabra tesoro

tenía un eco en mi cavidad auricular

sugirieron que el olvido se tornaba seco,

se diseccionaba y se coleccionaba en alcanfor.

 

Ayer comprendí que es mejor un sonido que una palabra

y que existen tesoros que se dictan en milisegundos

son los que sugieren en forma de imágenes la palabra grandeza.

La palabra oscuridad que es impronunciable.

 

 

Sucesión II

No es una broma,

ayer descubrí que mi nombre era únicamente una serie de líneas y curvas

que no había luna y había truenos

y los rayos iluminaban a través de la ventana como un mal presagio

daban el mensaje de que esto era una jaula con la punta de hierro justo en el techo

y rodeados de metal la energía bajaría por nosotros.

 

Ayer no hacía falta contar el tiempo

ni la duración de los truenos para decir: la distancia no importa

citabas de camino a casa la extraña ausencia de silencio que taladra tus oídos.

 

Ayer tomaste un libro y descubriste

que la poesía es la sierra que fractura en pedazos

hasta desechar y fragmentar y construir una nueva imagen

hasta dejar irreconocible la materia prima

 

 

 

 

El silencio terrestre

El Sr. presidente es la helada veraniega;

en el campo el tiempo es relativo.

 

Firme, la piel quemada ante el sol

apenas pegada contra el canto naranja

asoma la mirada: ictericia.

 

Circulo negro,

la respiración en la semilla

el cielo está estampado de ruido,

rasgas el suelo al ritmo del destello de las sirenas

hacia abajo la vida, observas hacia arriba uno al lado del otro.

 

El ruido transforma la verdad por metal,

lo negro por futuro

ante la falta de aire, estático permaneces.

 

Distribuir de formas diversas tu tiempo

Podría ser cumplir con el número establecido de proyectos,

de nombres, de inhalaciones y exhalaciones en un minuto

podría significar sugerir en medio de la presión forzada

eventos narrados como una serie de hechos en diagramas de flujo

como quien considera el tiempo un ciclo eterno irrelevante

sugerir por ejemplo contar números pares, impares y silabas.

 

Podría entonces ser contemplar desde tu propia azotea

el número de peatones,

el número de balas por minuto

el número de muertos por hora como una frecuencia establecida

el número de historias que suenan contra el metal

viendo tu rostro hecho tierra en la planta baja.

 

 

Actualmente todos hablan del peligro de extinción

la expresión inconsciente que se relata en forma anacrónica

que se dicta ,como ejemplo: todo debe ser verde

no debe pisar el césped, cultive flores.

 

La extracción sistemática de testimonios

decide estrujar el relato original hasta obtener microficciones.

No es suficiente para nadie observar de fondo el suelo rojo

y de frente la cara de su hija en el suelo desfigurada.

 

Todo debería ser verde

actualmente todos hablan de peligro.

 

 

4 a.m.

Lo peor de mañana

no viene designado en su nombre, en su vida, ni está escrito

no es una ecuación, ni un secreto

es una sorpresa que se obtiene de manera aleatoria.

 

No pretende ser una ley ni pasar por alto a las demás personas

lo peor de mañana es una oración de noche no cumplida,

es el silencio de fondo a la habitación

una llamada que irrumpe en tu sueño.

 

No siempre hemos de ganar

No es necesario ganar más de cuatro veces continuas

se requiere ganar solo lo necesario

la perdida sistemática es una partitura derretida: silencio.

 

Existen escenarios cuya marca de agua es fracaso

y aun así se retracta en ellos el lenguaje

en esos casos excepcionales es necesario borrar todo rastro

destruir la identidad, pero quedar vivos;

no es necesario ganar siempre.

 

 

Cronología

No es suficiente considerar en línea recta

el tiempo sin escalas, sostenidos ni bemoles

agradecer ante la crisis el número de posibilidades

agrandar las palabras

versos en la hoja en producción en serie.

 

El ruido aturde el intento de escritura

succiona las ideas, la forma

la tinta es solo la materia

las letras son solo figuras

la respiración marca el número de piezas por hora.

 

 

Ericka Deyanira Ovando Becerril (Ciudad de México, 18 de diciembre 1996) reside actualmente en la ciudad de San Luis Potosí, es pasante de la Lic. en Lengua y literatura por el Instituto de Estudios Universitarios y está terminando su tesis. Egresada de Ingeniería Biomédica por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. En el 2015 resultó ganadora del primer concurso MasterPeace en la categoría de cuento. Formó parte del taller de poesía: Comprender al Salmón IPBA-CEART-Casa Ramón López Velarde en 2014-2016; así mismo participó en los diplomados de creación literaria: 2018 INBA-CEART y en el primer diplomado virtual INBA 2020. 


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