Carne
Una pistola aferrada
al brazo
Encarnada entre los
huesos
Olor de sangre, metal
Y fierros oxidados.
Disparé al celebro de
aquella máquina
No a mí, como lo
pedía Blanca
El arma se apoderó de
mi voluntad
Pero yo seguía
intacto.
Había Nueva Carne…
Escáner
El cerebro brota del
cráneo,
lentamente la sangre
escurre,
todo se tiñe de rojo
La explosión
sorprendió a todos,
las venas resaltaban,
aún así nadie lo
esperaba.
Sangre de arriba
abajo
El último parpadeo
El abandono
Cierto peligro corre
quien lo comete
frente a un
escritorio
y cuando el alma
calla
No hay persona adicta
al ego
sino apoderadas por
él.
El gobernador crece
en casa
en la cama que duerme
Soñar que no hay
sueño
vivir sin él
dicen que
terminaremos fundidos
no me concibo
separado.
Unión
Hemos caído tantas
veces,
sucumbir en la tierra,
pisar los granos,
No dejar raíces
Te extraño tanto,
de la punta del dedo
al cabello más
rebelde
el vello no resiste
tu olor
Me duermo en ti
Mi mente, que lo es
todo
No acaba de pensarte
No creo en el alma
pero si existiera
seguro estaría unida
a la tuya
Devoto
Qué esperar de las
personas que lloran sin lágrimas
Qué esperar de las
multitudes en las iglesias
Consagradas, libres
de pecado, libres de culpa y de condena
Santos ¡casi santos!
Jesús
Jiménez Blanquet. Su apellido le enorgullece por no saber de dónde proviene (él
y el apellido). Se pregunta constantemente quién es y qué hace aquí. Pretende
encontrar algún día el motivo por el cuál fue hecho y para qué sirve. Por lo
pronto, estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo. No es escritor, tampoco poeta, ni pretende vanagloriarse de títulos
adjudicados. Edita Yellowshot Magazine.
No ha sacado libros, su vida se reduce a preguntas. Toma Coca Cola sin rencor,
a veces cuenta las faltas de ortografía en sus escritos y ha roto record en
distintas ocasiones. Algún día estará en dónde quiere.