
Hace uso de varios arquetipos de la cultura pop y los
retuerce, los hace decir lo que nunca dirían. Pareciera que las teorías
propuestas en los años noventa por el colectivo italiano Wu Ming, han sido
puestas en manos de alguien que desea acabar con ellas, usándolas mal: “Tomas
un arquetipo del pop y explicas por qué están mal cosas que te rodean”, dicen
los Wu Ming. Anuar las toma, las reacomoda y expone que TODO es una linda
charada de nuestra percepción equivocada:
Sirvan estas
palabras
para los fines que al
interesado convengan
El equívoco consiste en confiar en que tenemos razón. Nos
muestra que los procesos lógicos nos pueden precipitar con facilidad. Anuar se
muestra como un estafador que atribuye al lenguaje la incapacidad de comunicar
sin destruir lo expresado. Desmantela los símbolos que enuncia, indicando que
somos los lectores cómplices de atentados perpetrados con una sonrisa y la
habilidad de quien le robo la cartera a otro.
Sus recursos son sencillos en apariencia. Los mismo que
sus edificaciones, levantadas con cartas; nos hace suponer que un soplido
nuestro, un resuello de cerca y caerán. Otro engaño de prestidigitador
callejero: él siempre sabe dónde quedó la bolita, él la movió, pero hace sentir
al lector que es más inteligente: nos hace cantar para soltarle el queso. A
cada poema lo logra, en cada verso seduce y encanta. Malicia y maldad de pastor
o cantante de punk. No busca encandilar, busca ser contundente.
Se
dijo de él
que de pequeño
se ponía espejos en
los calzones
que en el jardín de
su abuela
sembró teléfonos
que nunca dieron
línea
La lógica se ajusta a manifestaciones de la naturalidad,
al juego clásico donde al tercer tiempo pega el punch line. El poeta en
cuestión sabe destilar el tiempo y la acción precisa para que humor funcione.
Hay un claro respeto a quien lo lee, sabe que su trabajo es para alguien que él
no conoce. Sus escenas escatológicas también tienen esa condicionante. Y no por
repetitivo deja de funcionar, al contrario, es un montaje claro y preciso.
Sector 7-G es una aventura. Genial que Ediciones El Humo
de la mano de Romina Cazón lo hayan compartido.
Sector 7G, de Ánuar Zúñiga Naime. Colección Brazos
Labios. Ediciones El Humo.
2016.
2016.
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Francisco
Rangel. (Celaya, Gto. 1975) Es padre de Familia y amo de casa. A ratos da
clases, a ratos prefiere hacer de comer. Navajero con problemas de literatura,
nunca al revés. Escucha música a puños y a puños vive. Gracias a su
aburrimiento escribe y ha publicado un par de libros: Junkebox - Cartas a mi
Hija (ICL, 2009) y Dios por Dios es Cuatro (Ediciones La Rana, 2010)