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De la poesía sólo me interesa lo que desconozco. Lo que constantemente se me vuelve desconocido: la capacidad que tiene para perderme en esos lugares que creo conocer. En especial si tiene un humor corrosivo y oscuro. Sector 7-G de Anuar Zuñiga Naime tiene todo eso que me gusta y me conmueve: el libro se puede definir como hijo de puta.
Hace uso de varios arquetipos de la cultura pop y los retuerce, los hace decir lo que nunca dirían. Pareciera que las teorías propuestas en los años noventa por el colectivo italiano Wu Ming, han sido puestas en manos de alguien que desea acabar con ellas, usándolas mal: “Tomas un arquetipo del pop y explicas por qué están mal cosas que te rodean”, dicen los Wu Ming. Anuar las toma, las reacomoda y expone que TODO es una linda charada de nuestra percepción equivocada:
Sirvan estas palabras   
para los fines que al interesado convengan

El equívoco consiste en confiar en que tenemos razón. Nos muestra que los procesos lógicos nos pueden precipitar con facilidad. Anuar se muestra como un estafador que atribuye al lenguaje la incapacidad de comunicar sin destruir lo expresado. Desmantela los símbolos que enuncia, indicando que somos los lectores cómplices de atentados perpetrados con una sonrisa y la habilidad de quien le robo la cartera a otro.
Sus recursos son sencillos en apariencia. Los mismo que sus edificaciones, levantadas con cartas; nos hace suponer que un soplido nuestro, un resuello de cerca y caerán. Otro engaño de prestidigitador callejero: él siempre sabe dónde quedó la bolita, él la movió, pero hace sentir al lector que es más inteligente: nos hace cantar para soltarle el queso. A cada poema lo logra, en cada verso seduce y encanta. Malicia y maldad de pastor o cantante de punk. No busca encandilar, busca ser contundente.
Se dijo de él            
que de pequeño   
se ponía espejos en los calzones
     
que en el jardín de su abuela
sembró teléfonos   
que nunca dieron línea

La lógica se ajusta a manifestaciones de la naturalidad, al juego clásico donde al tercer tiempo pega el punch line. El poeta en cuestión sabe destilar el tiempo y la acción precisa para que humor funcione. Hay un claro respeto a quien lo lee, sabe que su trabajo es para alguien que él no conoce. Sus escenas escatológicas también tienen esa condicionante. Y no por repetitivo deja de funcionar, al contrario, es un montaje claro y preciso.
Sector 7-G es una aventura. Genial que Ediciones El Humo de la mano de Romina Cazón lo hayan compartido.


Sector 7G, de Ánuar Zúñiga Naime. Colección Brazos Labios. Ediciones El Humo. 
2016.



***
Francisco Rangel. (Celaya, Gto. 1975) Es padre de Familia y amo de casa. A ratos da clases, a ratos prefiere hacer de comer. Navajero con problemas de literatura, nunca al revés. Escucha música a puños y a puños vive. Gracias a su aburrimiento escribe y ha publicado un par de libros: Junkebox - Cartas a mi Hija (ICL, 2009) y Dios por Dios es Cuatro (Ediciones La Rana, 2010)




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