Una noche con Paúl Celan
Todo aquí parece cavar.
Una mano esparce cuentas de hierro
sobre la mesa.
Un mar calla
adentro de tus ojos.
Alguien talla
una rosa de sangre,
Alguien que no puedo ver
está cavando
detrás de la pared
siento su voz de piedra.
No debo pronunciar tu nombre,
afuera
un pájaro
hunde su vuelo en la noche,
afuera
otro pájaro deambula
en las ramas de un Nim.
Escurro el sueño
en la mecha de una
vela,
sopla el viento
su trompa de fuego
para encender los párpados.
*
Otra que no está aquí
amasa los ojos del mundo
en su vientre,
no pronuncia tu nombre
Sólo dice:
“En las largas mesas del tiempo
beben las jarras de Dios”.
Siguen cavando
al otro lado de este cuarto
yo
de espaldas
rezo pegada a tu cuerpo
Señor.
*
Cada quien tiene un corazón
inconsciente de presagios
de señales de alerta
que llaman el milagro.
Cada quien amasa su propio resplandor
y devora la bestia en el claro.
Cada quien cree modelar entre los dedos
el tiempo de las espigas,
cada quien persigue el coraje
de su presa.
Sueño del estanque
Desciendo a mis pies.
Una hilera de árboles
lentos se esparcen
van atravesando
el agua de tus labios.
Desde aquí
un pájaro
con los colores de la llama
hace morada en la rama de un Jobo.
Place su largo griterío
su entrada al sueño
espejo es el alma de él.
Ven y conócenos
ventúranos con tu fuego
Espera
aún no te arrojes
al cálido paisaje,
danos el sabor
de la fruta probada.
Ya los pies
no son lugar
para descender.
*
Después de la aridez
entre horas secas
y vapores
amanece en esta ciudad.
En la cama
aun con el sopor
que dejan los sueños
junto mis pies
para iniciar el salmo
de los buenos días al Señor.
Frente a la ventana
un alto Nim
desprende agua y semillas
ojalá pudiera yo
desprender lo que llevo.
Ahora
apretados aquí
instantes, momentos
se suceden
duele abrir la pena
lo oculto
bajo el tránsito de las horas.
Huérfana de mí
me coloco en el punto: el límite
Cómo cerrar los pasos
si todo se desborda
y nos somete al desamparo,
a los desprendimientos.
Cómo guarecer al corazón
Dónde la alta morada.
*
Partimos
sin decir adiós.
Bajo el tránsito de los árboles
el corazón resistirá,
en su músculo
el amor
mora jubiloso.
Siempre cantaremos
el nombre de Eurídice
vibrando íntimos
sonoros.
Digo,
que no hay partida
que conduzca al mundo de lo oscuro
sólo se anda
la tierra que nos cubre,
mirar hacia atrás
es cegar la espera.
Quebraduras
Si apareciera una raíz
llevaría las vasijas,
los cuencos,
los potes
hasta las crecientes del río
de bejucos haría la casa
si aparecieran flores
bebería gota a gota su néctar
vestiría de pistilos y pétalos
pondría en mi boca una cayena
dónde estará lo grande
dónde permanecer
la sombra hay que saberla llevar
en días que ahora son instantes
he visto como los frutos del Nim
vuelven a la tierra
quizás deba esperar
los últimos fuegos del verano
todo me fue dicho
será un relámpago la huella.
Al silencio
Más allá de la rosa y la raíz
algo vacía los cuencos
lo terrible entra por los pies
da miedo estar al aire
dónde guardar los maderos
ellos salvaron mi edad
da miedo volver adentro
dónde el mar que me detiene
desamparo del sentido
lo fatuo viene con la noche
dispongo
antifaz y disfraz para el que llega
si el alba trae los tallos
habrá ceremonia en la casa
si el día huele los frutos cortados
dejará sin aire y sin árbol
da miedo
pero me atengo a la espera.

Es Organizadora del Festival Internacional de Poesía Palabra en el Mundo en Coro, y en julio de 2016 fue la escritora homenajeada en la 12ª. Feria Internacional del Libro de Venezuela (FILVEN) del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, en reconocimiento a su obra. Actualmente es diputada vicepresidenta del Consejo Legislativo del estado Falcón, Venezuela.