No
he vuelto a escribir
No he vuelto a
escribir.
De todas formas
traigo esta gran bestia
que son oraciones que
aparecen a lo que camino y que se guardan
que parece que
tuvieran que decirse con urgencia, pero no,
no son dichas, solo
soy yo y el silencio
Solo estoy yo y el
frio y el silencio
Algo para no decirse,
algo para ocultarle a mis mayores
Por eso traigo esta
noche esta gran bestia
Que camina tranquila,
arrastrándome a dormir durante el día
Doblándome la
espalda, hincándome los talones
Y aunque salen de mí
las palabras como con la luz la voz de los ríos
Me callo
Me callo porque esto
no ha de decirse
Me callo porque de
decirse heriría al infante que fui, a la adolescente que fui, a la madre que no
fui
A la sangre que
olvidé y que hoy me espera
A la sangre que dejé
encerrada y que hoy me espera, que me llama constantemente, que me
busca como si fuera
su último recuerdo.
Por eso solo soy yo y
el frio el silencio y el teléfono apagado
La puerta cerrada. La
boca cerrada.
Una larga excusa de
cristal para los conocidos
De todas formas
traigo esta gran bestia
Que apenas puede
sostenerse conmigo por los pasillos de la casa
Que no se atreve a
irse, que sostiene en sus manos unos gramos más de tiempo
Que apenas puede ir
al baño a mirarse al espejo y arrepentirse.
No he vuelto a
escribir desde entonces
Porque traigo está
gran bestia que me dice que esperemos hasta mañana:
Y mañana se desdobla.
Y bien podríamos
dormir para siempre y bien podríamos morir esperando
La gran bestia y yo
en el frio y en el silencio.
10 mg.
Alguna vez el
movimiento circular del cielo marcó la medida del tiempo
y sobre cada minuto
se alzaron cientos de alas como un gran cruce de cometas redentoras
Quien mejor para
circundar el aire que los pájaros de cartón que dejamos cultivar
debajo de nuestras
lenguas esas noches de intenso calor de mayo
y ciertamente era
mayo y era tarde
y ciertamente los
pájaros en llamas se llevaban nuestras partes que aún quedaban
con vida y tejían una
luna borrosa sobre el río, que era la única entrada al paraíso
que nos quedaba.
La dormidera avanza
como un tropel de aves sin memoria
hacia ese nido
estelar de glifos desenfocados que es el sueño
se desinflan los
cuerpos como un balbuceo
Con toda la bandada
que se deja morir bajo las sábanas
Dejamos los ruidos
alejarse para apagar la luna con un leve movimiento de muñeca.
Plana
Los poetas caminan entre la gente y la
gente los mira con cierta falla
Los poetas caminan dejando un murmullo
detrás nuestro que luego es pájaro y luego un dragón de papel en llamas.
Los poetas caminan con una convicción
rabiosa hacia un nido de palabras detrás de todas las constelaciones.
Los poetas caminan de espaldas porque
siempre están mirando el pasado.

Los poetas caminan por encima de todos los
cielos y muy por debajo, donde viven.
Los poetas caminan
por las paredes por una cuerda floja de caramelo.
Los poetas caminan soñando porque de
chicos les cortaron las alas.
Los poetas caminan, se pisan entre ellos,
caminan y se pisan caminan y se pisan,
caminan se chocan se pisan.
Los poetas caminan alucinando con que
serán inmortalizados.
Si usted va caminando y de pronto se le
ocurre una idea que piensa puede ser poética,
cambie de idea, ser poeta hoy está mal
visto.
Imágenes: Peter Cakovsky
Gabriela Vargas
Aguirre (Guayaquil, 1984). Poeta y Diseñador Gráfico. Mención en el V Premio
Nacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño 2012. Textos suyos aparecen en
Cartoneras de Bolivia, Perú, Ecuador y México. En las memorias del Festival
Internacional Desembarco Poético en los años 2012, 2013 y 2014,Bandada:
Actualidad de la poesía ecuatoriana (Campaña de Lectura Eugenio Espejo, 2014).
Ha participado en la Feria Internacional del Libro de Guayaquil y Quito.