WISŁAWA SZYMBORSKA

UNA HISTORIA DETENIDA
me acompaña con trompetas.
El pueblo en el que vivía
se llamaba Jericó.

De mí se va desprendiendo
tra ta, ta, muro tras muro.
Quedo del todo desnuda
Bajo el ropaje del viento.

Toquen trompetas, en orden,
toquen con toda la orquesta.
En cuanto caiga mi piel
Se me blanquearán los huesos.
           
Traducción: Gerardo Beltrán

ENCUENTRO INESPERADO
SOMOS MUY AMABLES EL UNO CON EL OTRO.
decimos que es bonito encontrarse después de tantos años.
Nuestros tigres beben leche.
Nuestros azores van a pie.
Nuestros tiburones se ahogan en el agua.
Nuestros lobos bostezan ante una jaula vacía.

Nuestras víboras se han sacudido los relámpagos,
los monos la inspiración, los pavos reales las plumas.
¡Cuánto hace que dejaron nuestro pelo los murciélagos!

Callamos sin terminar la frase,
Sonriendo sin remedio.
Nuestras personas
no saben cómo hablarse.

Traducción: Abel A. Murcia

EPITAFIO
AQUÍ YACE COMO LA COMA ANTICUADA,
la autora de algunos versos. Descanso eterno
tuvo a bien darle la tierra, a pesar de que la muerta
con los grupos literarios no se hablaba.
Aunque tampoco en su tumba encontró nada
mejor que una lechuza, jacintos y este treno.
Transeúnte, quita a tu electrónico cerebro la cubierta
y piensa un poco en el destino de Wislawa.

Traducción: Gerardo Beltrán


MOVIMIENTO
TU AQUÍ LLORAS, Y ALLÍ BAILAN.
Y allí lloran en tu lágrima.
Allí fiesta, allí alegría.
Sin saber nada de nada.
Casi luz en los espejos.
Casi llamas de unas velas.
Casi patios y escaleras.
Casi puños, casi gestos.
El hidrógeno informal y el oxígeno a la par.
Los granujas cloro y sodio.
Ese golfo del nitrógeno en cortejo.
Que se alza, se evapora.
Gira y gira bajo el cielo.
Tú aquí lloras, a eso juegas.
Eine kleine Nachtmusik.
¿Tú quién eres bella máscara?

Traducción: Abel A. Murcia


ELOGIO DE LA MALA CONCIENCIA DE UNO MISMO

EL RATONERO NO TIENE NADA QUE REPROCHARSE.
Los escrúpulos le son ajenos a la pantera negra.
No dudan de lo apropiado de sus actos las pirañas.
El crótalo se acepta sin complejos a sí mismo.

No existe un chacal autocrítico.
El tábano, la langosta, la tenía y el caimán
viven como viven y así están satisfechos.

Cien kilos pesa el corazón de la orca,
Pero en otro sentido es ligero.

No hay nada más bestial
que una consciencia limpia
en el tercer planeta del Sol.


Traducción: Abel A. Murcia


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