PABLO NATALE

La noche que atravesaste la pared y te quedaste dormida

Hoy puse tu nombre en google
y aparecieron imágenes de muchas personas
ninguna igual a vos.

Me quedan dos días para saberlo:
lo que decidimos aquella noche
fue como si pusiéramos
una vela entre tus manos
y vos te fueras y yo empezara a soplar.

De este lado del mundo elijo:
el sonido que hacen las palabras
el día que te conocí.

Y en aquel lado del mundo dejo:
el lento idioma de los muñecos
mojados por la regadera.


La gente por la calle sigue viva

Todo irá a parar al Libro:
la mañana en que trabaste la puerta de atrás
no dijiste nada y te fuiste
tu cara escondida pidiendo disculpas
quizás riéndote, quizás culpable
el sol de noviembre partiendo la calle
eso irá a parar al Libro
así como la mañana cuando dejaste la cafetera en el fuego
y la mañana siguiente en la que pintaste los azulejos de blanco
o de verde
ése era tu color
el color con el que descansás en el Libro
una bandera de pieles o una pintura o tu nombre
y el color de la nueva pared
la mañana en que te dejé en casa durmiendo sola
mientras veía a otra, la que vendría después
todos y todas irán a parar al Libro
la tarde en que te alisaste el pelo y parecías
un dibujo animado japonés
los ojos ladeados y la ropa recién comprada
pensé que no hacía falta verte
o que no tenía ganas
y ahí estabas, sentada en la pirca
tu bicicleta negra y un pedazo inesperado de luz
todo eso irá a parar al Libro
cada uno y cada una de los que siguieron
toda la confusión de después
pero qué pasa si no puedo escribirlo
qué pasa si regresan en serio
qué pasa si siguen vivos y están afuera
y se mezclan entre todos.


Un gran agujero en una pequeña pared
Mi hermana crece
del otro lado de la tierra
del otro lado de la pared piensa, recostada en su cama
en la adolescencia de los días por venir
en cómo serán esos días, borroneados en su cabeza
y cuánto tardará en olvidarlos.
El tiempo pasa rápido
me gustaría decirle que es cierto que el tiempo pasa rápido
hace unos días podía escribirle como si sólo fuese
una criatura inocente, solitaria y brillante
y hace unos días podía estar echado en la cama
sin hermana alguna
escuchando la voz que me hablaba.
Entre el principio y el fin del poema el tiempo ha pasado
mi hermana crece, mi hermana crece
escucho su voz del otro lado del teléfono
el teléfono desaparece
y sí, claro, tenemos palabras descompuestas
en los huesos de las manos.



Escrito en la almohada

Dormías atrás mío, te daba la espalda
te despertabas apenas, para acomodarte
y me agarrabas la cintura.
Una vez nos visitó una pareja de españoles
Mique y Sara
dormían en el sofá cama, al lado de nuestra pared
todos podríamos haber sido una sola pareja
de gente de dos caras.
Cuando me iba a trabajar te despertabas
ellos dormían
preparábamos café
y antes de despedirnos los mirábamos
él de espalda
ella casi trepada a él
como si estuvieran atravesando el mismo sueño
uno a cococho del otro.

Así dormíamos después de que se fueron
no importa cuándo empezamos
tampoco cuándo todo terminó.
Otra gente durmió encima nuestro
atrás nuestro a cococho en cualquier parte
una cama pequeña
las sábanas blancas y tendidas.
Podría asomarme a la habitación de al lado
y verte dormir encima de alguien
no importa si es mi hermano, Mique, mis amigos.
Los dos sabemos que estamos solos en esa cama
y que los recuerdos no nos pertenecen.



De la “Antología de Íconos Contemporáneos”

I

Hola, sí J
quería comunicarme con ustedes
por el siguiente motivo
tengo esta cara todo el día J
no sé bien qué hacer ni si corresponde
hacer algo al respecto así que les escribo J
afuera el sol brilla como si fuese un gran monitor
y todos los animales son bestias sin conexión alguna
mi abuela no sabe usar Internet
y a pesar de que estamos en democracia
hubo fraude en las elecciones J
así que hola, qué tal, cómo están
quiero saber si está todo bien con tener
la misma cara J y si a ustedes también les pasa J
si sí, pues no les parece que hay algo raro
e incómodo, digo, es una cara, nada más que un círculo
puntos y una raya doblada pero
es como si todos los países tuviesen la misma moneda
o todos naciéramos en las mismas condiciones socioculturales
o sea no habría ricos ni pobres ni pesimistas ni optimistas ni
empresarios y gente de camerún
somos todos los mismos finalmente, me entienden?  J
hay algo que no funca ahí
en estar con la misma cara J
todo el santo día
así que en caso de que les pase
propongo una crucifixión de esta cara J
y si no les pasa, entonces bueno
escríbanme cómo hicieron
va a ser bueno recibirlos
en mi casa de acá
donde mi hermano compite contra los seres del universo
y tiene una cara parecida a ésta cuando le hablo J
y mi otro hermano sale a trabajar y cuando mira la tele o
busca cómo gastar lo que no tiene o cuando se besa con su chica o
cuando se pelea con su chica y y dice que al final es puto
usa esta cara J
acá de este lado de la tierra
“brillante” significa la luz de las cosas y cada vez menos el sol
qué bueno sería estar escribiendo eso
y que les llegue inmediatamente y ver que también ustedes
me contestan así J
asombroso increíble




Pablo Natale. Nacido en la ruta interestatal Córdoba-Rosario en la década de los ochenta. Autor de 'Un oso polar" (Recovecos, 2008), 'Vida en Común' (Editorial Nudista, 2011) y la nouvelle 'Los Centeno' (Editorial Nudista, 2013); y de los libros para niños "Berenice y las ocho historias del pálido fantasma" (Cuenta Conmigo, 2012) y "Cuatro Cosmo Cuentos" (La Sofía Cartonera, 2012). En la actualidad coordina talleres de escritura, colabora en suplementos culturales y es integrante de la banda argentina Bosques de Groenlandia. Los poemas aquí presentados forman parte del libro “Las siete maravillosas antologías contemporáneas”, todavía en elaboración.

Colaboración: Jesús García Mora

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