Paper 1.
Las orquídeas como
instrumentos de dominación
Amo la orquídea
Esa pequeña vagina
Que me sonríe al pasar
No sé por qué pero de pronto me vienen a la mente
Ideas sucias que sólo comparto con mi veterinario
Le digo que a Pimpinela le gusta otear la flor
De la vecina del 302
Que saca su macetero al sol de 11 a 4
Todos los días excepto los domingos dedicados al cultivo
del espíritu
En primavera
Noto que su orquídea se aleja lentamente de su puerta
Y va subiendo escalones hasta llegar frente a la mía
No sé cómo ha encontrado los pretextos perfectos
Para pedirme que se la riegue
Que le abra los pétalos y le estimule rudamente el sépalo
dorsal
Y juguetee con mi dedo medio sobre la superficie delicada
Pimpinela se molesta con la presencia de la vecina del
302
El lunes viene siendo el día en que se debe curar
De los puntapiés que recibe los domingos
Mi veterinario insiste en que debería deshacerme de ella
Yo en el auto pienso
Si se refiere a Pimpinela
A la vecina
O a la orquídea sonriente
Paper 2.
La mujer que se cogió
un año de excedencia matrimonial para coger con otros
El poliamor es toda una filosofía
Supera por mucho al zen o a cualquier experiencia
energética metafísica tanatológica
Consiste en cogerse un año sabático
Para coger con decisión y arrojo con quien respire
“El lubricante es el límite”
La regla es no tener relaciones serias
Practicar el canastillo pekinés
De forma segura
Pero nunca con amigos
Es necesario afiliarse a posturas feministas
Que se niegan a ir a la tumba habiendo estado solamente
con 4 hombres
Es importante enfatizar que el poliamor
Contrario a lo que muchos piensan
No sólo es practicado por amas de casa desesperadas
O lectoras que pasaron de Walter Riso a 50 sombras de
grey en menos de una semana
Toda mujer que haya sentido el ritual semanal
De los encuentros silenciosos de 5 minutos
Puede subir su perfil al Facebook e iniciarse en los
difíciles caminos del iluminismo
Se puede pasar de timorata bienhechora de felaciones
rústicas
A maestra sado light
charla sucia tirones de pelo en
el primer encuentro
Los bellos penes comenzarán a ser lo suyo y hacer lo suyo
Obtendrá un gran placer al controlarlos desde cerca
Los verá crecer y endurecerse trazando los pliegues de
sus cálidas arquitecturas contra su paladar
Se volverá especialista en asuntos quinestésicos
Tome nota
Muchas personas la tacharán de perdida o frustrada
De lidiar todavía con la carga psicológica de abusos
infantiles
De buscar la pasión a su mediana edad a cualquier precio
Pero no lo olvide
Acostarse con un montón de tíos
Hará que se sienta mejor en su lecho de muerte
Paper 3.
La fragilidad de los
vínculos humanos
Pero yo no necesito mucho para enamorarme
Con mirar el facebook tengo
Da igual si caminan las minas o no
Si hablan si tienen voces o menstrúan
Si alcanzan el orgasmo con calentamiento previo
O si es cuestión de lubricantes y yoga
No sé ustedes
La verdad
Acabo de ver que la mujer que amo
Recién me acepta como amigo
Debería interrumpirlo todo
Salir a buscar un departamentito más amplio
Con cocina integral
zotehuela y tendedero
O debería
Decirle de una vez por todas
Que me gustan –como a Oliverio
Las que vuelan mientras planchan
[Alguien te ha etiquetado]
Hola! Soy Jesús
Por favor
Comparte mi poema
O moriremos todos
De sarpullido
Paper 4.
Preguntas del diván
entonces el hijo
para ocupar el lecho de la madre
debe matar al padre?
entonces el padre
para no perder el lecho de la esposa
debe castrar al hijo?
entonces ella
mientras pasa algo
debe masturbarse?
El bosque azul que me
circunda
Alfonsina
Storni (25 de octubre de 1938)
Nunca usó la cacerola para jugar a la mujer responsable
la empeñó en una tienda de rayas y
se compró con el dinero una ola negra
como la lengua de quien usa el tocador para decirse
ciertas cosas
Para lamer la noche
usaba la sal
endulzaba el cuerpo
la espuma blanca
le roía los muslos de arena haciéndoles anotaciones
contando los días que llevaba sin sentir
entre las piernas
el escurrimiento de un poema
Nadie había visto nadar una ola
en el mar de olas
hasta que ella se paró de pie juntillas y
declamó una o dos o tres recetas de mejillones al ajillo
Nadie había visto a una mujer escribir como mujer
Nadie había previsto
que se desnudaría el torso se levantaría la falda
se recostaría contra el muro abriría los sentidos de la carne
esperando con sonrisa maliciosa la embestida del poema
Nunca usó la cajita de especias que le regalaron
cuando era niña y perseguía nubes en su bicicleta
vagabunda
Se tatuó una escoba para recordarse que nunca usaría una
escoba
Esperó que le creciera un rosal en el corazón
pero en vez de eso comenzaron a nacerle caracolas
Ella dijo: soy una y soy miles
mis voces se replican en el bramido de la piedra
quiero volar y más se agitan las olas de las nubes
quiero correr tras los cangrejos que se fugan en la arena
quiero yo misma ser fuga
dejar de tener pies para volverme sirena
Ella dijo: en el bosque azul que me circunda
se balancean y cantan las demás sirenas
Ella dijo: traigo en mi bolsillo del chaleco
la ola negra que compré para esta noche
Mujer que respira por
las branquias
Virginia
Woolf (28 de marzo de 1941)
No creo que dos personas hayan sido más felices
de lo que fuimos tú y yo
Aún recuerdo tus preguntas de niño bobo
¿por qué amaneces tan de noche, Virginia?
¿por qué atardeces tan de día, Virginia?
ya me siento una sola
me sé una sola
me escribo en una única palabra
:
Tigris
Éufrates
Ouse
No eran piedras
eran obstinaciones las que llevaba en los bolsillos
eran sueños tan pesados que hicieron que los pilares
se quebraran
Era una enorme catedral que no se soportaba
Enormes raíces que nunca tuve
se quitaron sus máscaras y de pronto
la gran novela se había escrito y yo me borraba
Qué fácil es extraviarse cuando se busca uno en otro
mundo
uno comienza diciendo Había una vez
y los pilares son usados para sostener ese Había
y el mundo en el que uno tiene que salir
a comprar tortillas
a trabajar de 9 a 9 a
prostituirse en una firma corporativa
se queda sin pilares
Pero a quién le gustan las raíces los pilares las cimentaciones
cuando puede nadar tranquilamente entre el spleen y el sueño
No sé si sumergida
ahogando la respiración el
dolor es menos
Si te sumerges en el río y chocas dos piedras
escuchas el dolor ahogado de las piedras que vivas de muerte cantan
y podrás ignorarlas pero allí están
sometidas al destino de tus manos
sintiendo el experimento de dolor que quieres que otros
sientan que el mundo sienta
Entonces te falta la respiración
tus pulmones desesperados se colapsan
y recuerdas al
fin
que hasta ahora
en cada lluvia en cada
ducha en cada vaso
siempre habías estado coqueteando con el agua
Imágenes: Ives Lecoq
Roselbet
Toledo Mayoral. Oaxaca, México, 1991. Estudiante de
Ciencias Políticas. Volador de papalotes. Vive en la Ciudad de México. También
tiene un tendedero de poemas. Escribe sin para qué ni para quién en horas de
clase. @roselbettm