PROMOCIÓN 2X1
EN EL TIJUANA BAR
A las chapitas Pilsen Callao
olvidadas en cada rincón del local
- Un retrato de Calamaro
clavado a punta de chinches
junto con una licencia
de funcionamiento bamba
vibran al ritmo de una
canción de Clavito y su chela
— No me vayas a olvidar
que eso sí sería fatal...—
y no hay nada más
fatal que el olvido
se dicen los metaleros con su ropa negra
desteñida
aparentando ser
cultos
a pesar
de que no lo son
ni en Música.
- La chica de barra con
patas de gallo, va moviendo los muslos que tiene
entregando piscos, té machos con
cañazo y alguno que otro Lucky mentolado
y Nó
nunca fía
menos a
gringos
la chica ya no cree el
cuento
de que ellos son los Hijos del Sol.
SAN JERÓNIMO
Lugar al que
acudí varias veces
o donde desperté varias veces
sembrado en la tierra como planta
de basura
al lado de paraderos
finales
de buses que fueron
a morir al Cusco.
levantándome
en un mediodía drogado
luego
de una noche de planta sagrada que no es La Coca
sino
marihuana.
SAN SEBASTIÁN
En las pocas
postales que tiene este distrito
se puede ver un
monumento al Cóndor
tan alto como los edificios que El
Ombligo no tendrá
usado como
rampa por skaters andinos
que usan
zapatillas de corrospún con medias de algodón chino
y no de alpaca.
Pero sin duda
lo más mejor de aquí
es Sol de Oro
intento
cuzqueño del Trocadero de Lima
—que a su vez es un intento
criollo del Trocadero de París—
por eso voy ahí
para no sentirme en Cusco.
SANTA ANA
Zona next to
Centro Histórico
donde Paris Hilton has a new hotel
and I don’t know men,
Cusco is just a businnes
y por más que pasé por San Miguel, San Isidro
San
Martín de Porres e incluso Yeezus & Mary
all this
Fucking and Cuzquenian Saints
are better que los que tiene Lima.
TURISTAS
Estoy
enamorado de la gringa
No por lo pretty
ni porque le guste el ceviche o el
cabrito a la norteña
ni influye el haberlo hecho en su cuarto de
backpackers tres lucas la noche
sino
porque jamás entendería
:
que en Perú
soy
un limeño
que en Lima
me
conocen como la reencarnación de los tallarines rojos
que nunca llegaron a ser verdes
y que acá en casa
soy
la cama desordenada del hijo que aún no vuelve.
CONVERSACIÓN
EN LA CATEDRAL
Te recuerdo bien, gringa de ojos azules
esa noche mientras nos consumíamos un cuarto
de pollo. Con tus codos sobre la mesa y
mis piernas
chocando con
tus piernas, sentados en el restaurante La Catedral
conversando de política, sabiendo que
luego
iría a tu
cuarto y penetraría tus paredes
cogí tu mano
miré tus ojos
tan esquivos como los cuyes.
y me hablaste
de ti
de América
atento a tus palabras sobre freedom
que no es más
que la combinación
de free
y de doom.
y de cómo te
cagó la crisis del dos mil ocho
y de Trump y de Obama y de Kim
y la
abomination de la Obama’s nation
y devorabas mi pecho
te ofrecía ensalada, pero nó, no
querías
porque estabas por quebrarte
más de lo que
ya estás quebrada.
gringa de ojos azules, no llores
eso te decía
y tú
con la mirada en el plato
me preguntaste en inglés: y traduzco
¿en qué momento
se jodió el mundo?
y yo con mi sonrisa llena de mostaza,
pero también
amarilla
respondí:
cuando llegó el chino, gringa
cuando
llegó el chino.